Conversaciones y novedades

Sor Juana: la libertad del espíritu y su imagen en el cine

Jaime Vázquez

Año

1990

Tipología

Historiografía

Temas

Recontextualizaciones

 

El siglo XVII es, en muchos sentidos, para el tiempo y el horizonte de México, el encuentro con el barroco. En la creación artística y en la vida cotidiana, las manos creadoras y la particular visión del mundo del mestizaje, del criollismo, transformaron al barroco en un lenguaje singular: en la expresión de una sociedad que se construye, perfil del arte y la cultura. Es el lenguaje y el universo de Sor Juana Inés de la Cruz.

          En París, con fecha de 20 de octubre de 1950, Octavio Paz escribió “Sor Juana Inés de la Cruz, primera aproximación”, un texto breve que incluye en el libro Las peras del olmo, reflexión inicial y luminosa semilla de lo que más tarde sería el libro fundamental, el gran árbol sobre la poeta novohispana y su contexto: Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe

          David A. Brading escribió para el catálogo conmemorativo de la magna exposición En esto ver aquello, Octavio Paz en el arte, realizada en el Palacio de Bellas Artes en 2014: “Cuando Paz publicó Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (1982), un trabajo minucioso sobre la vida y la obra de la poeta, diseminado a lo largo de seiscientas cincuenta y ocho páginas, contaba con pocos precedentes mexicanos —o ninguno— que le sirvieran de guía”.[1] Pocos precedentes o ninguno sobre una voz literaria y un pensamiento privilegiado que, de diversas maneras, definió su tiempo. Hallazgo de la palabra y búsqueda del saber totalizado.

          Es justo señalar que existen estudios relevantes sobre la obra de Sor Juana, su vida y su tiempo, en autores como Rubén Darío, Ermilo Abreu Gómez, Antonio Alatorre o Alfonso Méndez Plancarte, entre otros. 

          Algunas figuras del siglo XIX, como Joaquín García Icazbalceta, Marcelino Menéndez Pelayo o José María Vigil, no tuvieron en alta estima la obra de Sor Juana. La imagen icónica de la monja jerónima, atrapada en lienzos por los pinceles de Juan de Miranda en el siglo XVII y por Miguel Cabrera en 1751 es, a pesar de todo, huella del momento y, a la vez, estampa perdurable de una mujer rodeada por su universo personal: los libros. 

          En los cuadros de los pintores se distingue el escenario en el que Sor Juana vivió, el espacio íntimo y capital rodeado de volúmenes y palabras, de pensamientos, de ideas, de búsquedas. Esas imágenes pictóricas de Sor Juana están presentes, en su dimensión más amplia y profunda, en la obra que Octavio Paz dedicó al estudio biográfico, literario e histórico de la poeta del barroco, que sigue las rutas de la gestación y construcción de una identidad mexicana.  


María Luisa Bemberg y Sor Juana: Yo, la peor de todas



Cartel de Yo, la peor de todas


El 9 de agosto de 1990 se estrenó en Argentina Yo, la peor de todas, película dirigida por Maria Luisa Bemberg, basada en Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, de Octavio Paz. 

          María Luisa Bemberg nació en Buenos Aires, Argentina, el 14 de abril de 1922 en una familia de alto nivel económico, fundada en América por el alemán Otto Bemberg, empresario cervecero y dueño creador de la popular marca Quilmes. María Luisa no encontró su sitio en la vida privilegiada, en su temprano matrimonio a la edad de 22 años, o en la crianza de los cuatro hijos que tuvo con Carlos María Miguens. Su desahogo económico le permitió vivir en Francia y en España, donde, atraída por el teatro, escribió algunas piezas dramáticas que se llevaron a escena; posteriormente, incursionó en el cine y escribió algunos guiones. Dirigió Momentos, su ópera prima, a los 58 años, y más tarde, a esta cinta se sumarían Señora de nadie —se sintió liberada una vez divorciada, dejando de ser la “señora de”, para convertirse en la “señora de nadie”—, Miss Mary, De eso no se habla y Camila, antes de emprender la aventura que significó Yo, la peor de todas, basada en el libro de Paz.

          Bemberg eligió un libro y un personaje para contarnos, entre líneas, su autobiografía, o como diría Octavio Paz: en esto ver aquello. 

          En el sitio oficial de la película, que contiene un amplio material biográfico y crítico sobre la obra de Bemberg, entre el que se incluye el guion de la película, Leonor Calvera comenta: 


Sin duda, todas las películas de María Luisa contienen rasgos autobiográficos. Pero acaso sea en Yo, la peor de todas (1990), donde lo individual se manifiesta más nítidamente. La vida de Sor Juana que, según la propia cineasta, “fue la primera feminista del continente americano”, no podía sino fascinarla. Rebelde, por momentos iracunda, con un enorme afán de conocimiento y un profundo sentido de la independencia, son cualidades con las que puede definirse tanto a María Luisa como a la monja. Bemberg eligió contar la historia de Sor Juana Inés de la Cruz, inspirada en un ensayo de Octavio Paz, mostrando los celos y envidias que despierta un espíritu libertario tanto como las pujas entre los poderes constituidos. Lo hizo con un estilo despojado, ascético, casi alegórico, con un distanciamiento que le dio a ese retrato profundidad, riqueza y trascendencia. Por ello fue premiada en Chicago, Cartagena, Venecia y La Habana.[2]


Filmada en interiores, en estudio, entre muros simulados y nunca a la luz del día, la cinta de Bemberg sitúa al espectador en el centro del claustro, en la vida conventual y en las intrigas que se tejen entre el poder político y la iglesia, mismas que sirven para explicar las pugnas gestadas al interior de las cabezas de la institución religiosa. 

          La fotografía de Félix Monti camina lentamente y, a veces, permanece inmóvil en el interior del espacio cerrado, sutilmente iluminado, emulando los claroscuros de las obras pictóricas de la época. La dirección actoral es teatral y la puesta en cámara elegida por Bemberg imprime al filme un tono neutro, donde los personajes parecen no estar sujetos a su momento histórico, sino que flotan en un aparente marco atemporal, vestidos para la época. 

          Bemberg le confía el papel de Sor Juana a la actriz española Assumpta Serna, a la francesa Dominique Sanda el de la virreina —el doblaje al español lo hace Cecilia Roth— y al argentino Héctor Alterio el del virrey.  



Assumpta Serna en Yo, la peor de todas


          El diario argentino Puntal Río Cuarto, del 9 de febrero de 1991, encabezó así su nota sobre la proyección de la película: “Octavio Paz elogió a Yo, la peor de todas”. La nota sin firma agrega algunos comentarios de Paz, como: “Es la primera vez que veo la película y me ha gustado el tratamiento”. Al cuestionarle si propuso alguna modificación al guion, Paz responde: “Soy muy respetuoso de la creatividad de los autores y María Luisa puso gran empeño en su trabajo”.[3]

          En una nota más, sin fecha y sin referencia alguna a la casa editorial, la periodista Ada Oramas pregunta a Bemberg sobre la elección de la historia de su largometraje: 


Uno no siempre elige los temas. A veces es elegida por ellos. Eso me ocurrió cuando leí Las trampas de la fe de Octavio Paz. Quedé deslumbrada por su visión de esta extraordinaria mujer. Creo que es de una acuciante actualidad, de una rebeldía, de una independencia de criterio poco frecuente, más aún en su época. También me parece importante mostrar los estragos del oscurantismo frente a la luz de un espíritu de una de las intelectuales más importantes de todos los tiempos.[4]


Escrita por María Luisa Bemberg y Antonio Larreta, Yo, la peor de todas se apropia con mano no tan certera de uno de los hilos del brillante entramado que tejió Octavio Paz en su libro, fundamental para abrir la ventana a la vida de Sor Juana. Bemberg asume el reto para contarnos con este pretexto los fantasmas, las preocupaciones, los desafíos sociales y personales de la monja y trazar, en la metáfora, una no tan velada autobiografía de esta directora argentina fallecida el 7 de mayo de 1995.   


Sor Juana desde otras butacas

En 1935, el cubano Ramón Peón realizó cinco películas. Entre ellas, se encuentra una que filmó para La Mexicana, Elaboradora de Películas, titulada Sor Juana Inés de la Cruz, con argumento y diálogos de Armando Vargas de la Maza.



Promocional de Sor Juana Inés de la Cruz


          Sobre esta producción, Emilio García Riera comenta: 


Como en tantos casos, Peón no es sino el ejecutor de una obra concebida por otro: en este caso, Vargas de la Maza. La cinta es una fantasía que le supone a Juana de Asbaje ciertos devaneos amorosos previos a su reclusión en un convento. Gracias a esos devaneos, que se resuelven en los duelos de espada peor filmados del mundo, la película se mantiene más en la línea de Cruz Diablo[5] que en la biografía de una figura capital de las letras mexicanas.[6]


Andrea Palma, “tan distinguida como sonámbula”, como afirma García Riera, encarna a Sor Juana al año siguiente de haberle dado vida a Rosario, la prostituta de La mujer del puerto, de Arcady Boytler. Además, forman parte del reparto: Alfredo del Diestro —el “Compadre Mendoza”, en la película de Fernando de Fuentes— como el padre Núñez de Miranda; Feliciano Rueda en el papel del obispo de Puebla; y Carmen Vale, quien interpreta a Juana niña. La cinta se filmó en los Estudios México Films y se estrenó en el cine Principal el 20 de junio de 1935.



Andrea Palma en Sor Juana Inés de la Cruz


           Bravo Film realizó para Canal 11 la serie de siete capítulos Juana Inés, que inició su transmisión en 2016 en televisión y que, más tarde, formó parte del catálogo de la plataforma Netflix. 



Serie Juana Inés


          Creada por Patricia Arriaga y dirigida por ella, Emilio Maillé y Julián de Tavira, Juana Inés cuenta con las actuaciones de Arantza Ruiz como Juana joven y la talentosa Arcelia Ramírez en el papel de Sor Juana, quien ejecuta, quizá, la mejor interpretación de la “décima musa”. Sorteando las dificultades que tradicionalmente el cine nacional enfrenta para la recreación de época, la serie explora y dibuja con más detenimiento al personaje y aborda, a su manera, temas actuales como la diversidad, el feminismo, la discriminación, la opresión o el fanatismo. Con un lenguaje visual contemporáneo y solvencia actoral, Juana Inés apuesta por un público joven.



Arcelia Ramírez en Juana Inés


          Uno de los capítulos de la serie México en la obra de Octavio Paz, producido por Televisa y dirigido por Héctor Tajonar, está dedicado a Sor Juana. La fotografía es de Nicolás Echevarría, la música de Mario Lavista — recordamos la emblemática entrada a cada capítulo de la serie, con el collage de Alberto Gironella con el fondo de la música de Lavista— y Edna Necoechea interpreta a Sor Juana. 

          Octavio Paz toma asiento en la mesa de Sor Juana, en un espacio de libros, como en las obras de Miranda y Cabrera, mira a la cámara, comenta y reflexiona. Guillermo Sheridan le da voz al texto que acompaña las logradas imágenes de este capítulo de la serie, un documento imprescindible que abre una ventana de luz sobre la cultura de México.  



Octavio Paz en México en la obra de Octavio Paz


          El capítulo concluye con las siguientes palabras de Paz:


Hay dos movimientos contrarios: el ascenso y la caída. Estos dos movimientos representan con mucha fidelidad la vida misma de Sor Juana: la transgresión, la osadía de su espíritu, que quiere conocer, y el castigo. Pero hay un momento en que el ascenso y la caída se cruzan. Ese momento, sin duda, Sor Juana lo adivinó, lo vio. Ese momento en que los dos movimientos se juntan dibuja en el espacio espiritual el jeroglífico de la libertad: Sor Juana o la libertad del espíritu.  




[1] En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte. Catálogo de la exposición, Biblioteca Mexicana del conocimiento, coedición con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes, 2014, p. 258.

[2] Disponible en línea en: https://web.archive.org/web/20131231113207/http://www.marialuisabemberg.com/mlb-biografia.php

[3] Disponible en línea en: https://web.archive.org/web/20131231105602/http://www.marialuisabemberg.com/descargas/dirigidas-yo-la-peor-de-todas/nota22.pdf

[4] Disponible en línea en: https://web.archive.org/web/20131231113213/http://www.marialuisabemberg.com/descargas/dirigidas-yo-la-peor-de-todas/nota5.pdf

[5] Se refiere a la película Cruz Diablo (1934), de Fernando de Fuentes, con Ramón Pereda, Julián Soler y Lupita Gallardo. La cinta de romance y aventuras de espadachines se sitúa en la Nueva España, en el siglo XVI.   

[6] García Riera, Emilio. Historia documental del cine mexicano, Universidad de Guadalajara, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto Mexicano de Cinematografía, vol. 1, segunda edición, p. 180.  


Artículos relacionados