Conversaciones y novedades

Una entrevista de Cardoza y Aragón a Pellicer, Paz y Gamboa al regresar de España en 1938

Luis Cardoza y Aragón

Año

1938

Personas

Pellicer, Carlos; Gamboa, Fernando; Revueltas, Silvestre

Tipología

Entrevistas

Temas

Los inicios del poeta (1936-1943)

 

Paz, Carlos Pellicer, Luis Cardoza y Aragón y Fernando Gamboa

En mi libro Poeta con paisaje relato el retorno de Octavio Paz y los demás participantes en el Congreso de Valencia en 1937, de donde volvieron a finales de ese año. En México, Paz participó en una serie de actividades político-culturales en su calidad de testigo de la guerra civil. Una de ellas fue presentarse con Carlos Pellicer y Fernando Gamboa para ser entrevistados en la sección “Vida literaria” del diario El Nacional por Luis Cardoza y Aragón. El resultado fue la curiosa entrevista a varias voces que reproducimos en seguida.

Cardoza presenta la relación de los viajeros, no sin destacar que “Pellicer –que este año nos dio el libro más interesante de poesía, Hora de junio– y Octavio Paz, valor destacado de la joven poesía mexicana, fueron invitados especiales” (es decir, ajenos al grupo de la LEAR). Remacha Cardoza, con una insistencia que obviamente le solicita el interesado: “Paz asistió por invitación directa que le hizo Pablo Neruda”. En la fotografía que ilustra la entrevista a toda plana, aparecen Paz a la izquierda, Pellicer y Cardoza al centro (los tres de corbata, chaleco y pochette) y Gamboa a la derecha, de gabardina. Paz, muchacho y greñudo, los brazos a la espalda, alto en contraste con sus pequeños colegas.

El cúmulo de discordias que atestiguó en España, las contradicciones que percibió y las intrigas y rumores que lo sacudieron sobre el conflicto entre comunistas y anarquistas se hallan conspicuamente ausentes de su testimonio. Prefiere sentirse deudor de la intensidad afectiva que ha vivido: las viudas y huérfanos, los camaradas muertos en la Ciudad Universitaria, los poetas y periodistas, la gente de la calle con la que convivió seis meses. Como Cardoza, además, prefiere limitar la charla a los asuntos culturales, Paz se ciñe al guión del entusiasta solidario que ordena la circunstancia. (G.S.)


México en el Congreso de Valencia (1938)

Luis Cardoza y Aragón

Se publicó en El Nacional, el 16 de enero de 1938.

Se encuentra en México, recién llegada, la Delegación de intelectuales mexicanos de izquierda que asistió al Segundo Congreso Internacional por la Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia, Barcelona, Madrid y terminado en París en julio del año que acaba de morir.

Esta Delegación fue integrada por Silvestre Revueltas, Carlos Pellicer, Octavio Paz, Fernando Gamboa, José Mancisidor, Juan de la Cabada, José Chávez Morado y María Luisa Vera.

Carlos Pellicer, que este año nos dio el libro más interesante de poesía, Hora de Junio, y Octavio Paz, valor destacado de la joven poesía mexicana, fueron invitados especiales. Los demás miembros de la delegación mexicana pertenecen a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios. Carlos Pellicer fue invitado por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios a iniciativa de los poetas españoles. Octavio Paz, asistió por la invitación directa que le hizo Pablo Neruda, uno de los organizadores principales del Congreso.

La delegación se encuentra en México desde hace pocos días y consideramos de interés ofrecer una entrevista con sus miembros, aunque fuese una entrevista precipitada, ya que una conversación con ellos habría de ofrecernos algo del panorama intelectual de la España en lucha, del estado del pueblo y de la obra extraordinaria que por la cultura realiza la República, no obstante que la guerra consumió casi toda la energía de sus hombres.

Tuvimos la fortuna de conversar con viejos camaradas y amigos, Carlos Pellicer y Octavio Paz, poetas representativos de México, hombres cuya actividad radical ha sido la cultura, cuyas participaciones en la política han sido siempre por las causas más nobles y más justas. Ambos, por su cultura y la independencia de criterio, pueden ofrecernos una imagen exacta en lo posible de lo que acontece en España. La conversación ofreció el interés de su sinceridad, de su imparcialidad y de la capacidad de ambos para juzgar y amar lo que vieron, estudiaron y sintieron.

Muy lamentable nos pareció la ausencia de Silvestre Revueltas. Una vez pospusimos la conversación por esperarle; pero su salud le impidió asistir a la nueva cita y será en otra oportunidad que daremos las opiniones y los recuerdos españoles del gran músico.

Fernando Gamboa conversó con nosotros y su presencia cubre en parte la falta de José Mancisidor, Chávez Morado y María Luisa Vera, delegados de la LEAR. Por otra parte, José Mancisidor, no hace muchos días, hizo ya declaraciones a uno de nuestros redactores.


Creación y propaganda

FERNANDO GAMBOA: Creo haber percibido claramente dos grandes acontecimientos, dos grandes hechos positivos, en la España que visité, en lo que se refiere a mi especialidad: la pintura. El primero de estos hechos que quiero señalar, es la obra de creación lograda por los pintores españoles. Una obra engendrada por las necesidades de la guerra, una obra que la guerra he hecho posible. El segundo hecho es el siguiente: la inmensa labor de protección, conservación, investigación, estudio y catalogación de una cantidad insospechada de tesoros artísticos de España.

OCTAVIO PAZ: Es algo extraordinario, la cantidad de obras artísticas recogidas en pueblos y aldehuelas, en casas particulares, en colecciones privadas que la República ha protegido, salvado.

FERNANDO GAMBOA: Nuevos Grecos, Goyas, autores anónimos, objetos de arte completamente desconocidos, aun por los más distinguidos especialistas, tesoros insospechados, han surgido y, afortunadamente, han sido salvados en su mayor parte por la República.

EL REDACTOR: ¿De la nueva pintura? ¿Exposiciones? ¿Autores clásicos?

FERNANDO GAMBOA: Carlos Pellicer y Octavio Paz te dirán de la actividad editorial. Y creo que se han impreso libros muy notables, buena parte de ellos ocasionados por la guerra. En artes plásticas pasa algo semejante. No todo se ha reducido al cartel, aunque la guerra necesita para ser llevada una gran propaganda que haga conocer al pueblo todos los aspectos de la lucha.

CARLOS PELLICER: En carteles se han hecho maravillas. Y la guerra ha permitido al Gobierno Republicano la organización de exposiciones prodigiosas como esta del Greco que se abrió en París hace pocos meses. ¡Cómo para volverse loco! Los mejores Grecos de España reunidos, ordenados y colocados magníficamente.

FERNANDO GAMBOA: En plena lucha se presentó, entre otras, la exposición de las obras que formaban la colección del duque de Alba. Pinturas, esculturas, grabados, objetos de arte, un verdadero tesoro artístico que ha pasado a poder de su dueño auténtico: el pueblo.

EL REDACTOR: Indudablemente la guerra ha permitido la organización de estas exposiciones, la restitución a su dueño de estos tesoros artísticos que eran patrimonio de algunos cuantos. Pero, ¡claro está!, con la encarnizada lucha, la mayor parte de la obra artística actual tiene que ser de circunstancia, ocasional. Y lo importante sería para nosotros conocer algo de lo significativo de esta obra. Algo de ella resistirá el tiempo. Y la grande obra vendrá con el renacimiento español, cuya frase primera la vemos tan palpablemente ya en la lucha.

OCTAVIO PAZ: Obra de circunstancia es cierto, en su mayor parte. No podía ser de otra manera. Pero qué espectáculo tan noble nos ofrece el pensamiento español al mantener muy alta la dignidad del arte. La poesía que se escribe hoy en España es de las mejores del mundo.

CARLOS PELLICER: Tú conoces los romanceros de la guerra que se han editado. Hay poetas excelentes. Seguramente algunos de ellos son tan valiosos como los más valiosos del romancero clásico. Cierto es que la poesía que se escribe hoy en España es en su 90 por cierto una poesía de circunstancia, con sus faltas naturales, aunque Mallarmé asegure que las obras maestras nacen de las circunstancias. Pero la poesía es también disciplina, tesonero empeño y no sólo se es poeta, dijéramos, por la gracia de Dios.


Picasso y la guerra española

EL REDACTOR: La pintura al fresco de Pablo Picasso, en el Pabellón Español de la Exposición de París, es una de estas obras ocasionales, nacidas por la guerra, y, a pesar de haber sido pintada durante ella, posiblemente ofrece un gran interés, posiblemente es una obra importante dentro de la vida artística del gran creador español. La serie admirable de grabados de Goya, Desastres de la guerra, parece que la empezó a grabar a partir de 1820 viviendo ya en Burdeos.

FERNANDO GAMBOA: Es una obra singular, a mi juicio. Ha tenido crítica muy contradictoria, pero siempre elogiosa. Igual podríamos decir de la serie de dibujos de Picasso Sueño y mentira de Franco.

CARLOS PELLICER: A mí no me gustó el fresco del gran pintor. Me recuerda muchas cosas, entre otras los grafitos africanos. Me parece que hay una investigación desesperada, angustiosa…

OCTAVIO PAZ: Europa sigue hablando de la obra mural. Hasta Cocteau escribió un ensayo. Recuerdo que decía en un párrafo: “Cuando el artista condena o satiriza a un hombre es para la eternidad”.

FERNANDO GAMBOA: Frente a La destrucción de Guernica desfilaron y seguirán desfilando docenas de miles de personas que visitan la Exposición de París. La obra de Picasso es, naturalmente, una de las grandes curiosidades. ¡Magnifica propaganda y magnifica pintura! Gutiérrez Solana, un temperamento semejante al de Goya, habrá de tener tiempo aún para fijar como el aragonés, algunos aspectos del drama español. Si con Goya se manifestó potentemente la inteligencia española, con Gutiérrez Solana vuelve a surgir esta gran tradición. Muy pronto se hará una exhibición de su obra. Nuevos pintores, Pérez Contell, Sonto, Prieto, Rodríguez Luna, Francisco Carreño, etcétera, se han destacado, asimismo, por su obra creadora y por su obra de organización de los trabajos en los talleres encargados de la propaganda gráfica. Bajo la dirección de José Renau se fundieron los organismos encargados de ella. Los grandes centros de esta labor tan importante son Valencia, Madrid y Barcelona. En Cataluña, los artistas se encuentran reunidos en el Sindicato de Barcelona. En Valencia, en la Alianza de Intelectuales y en Madrid, en sindicato también. Muchos de estos artistas no pierden contacto con el frente de guerra; son comisarios políticos o comisarios de cultura. Son, a la vez, artistas y soldados. La función de los comisarios políticos es de suma importancia. Maestros, verdaderos misioneros, orientadores en el frente mismo. Naturalmente, el Gobierno ha considerado la propaganda como una de las armas fundamentales de la guerra.

OCTAVIO PAZ: A un kilómetro del frente de Madrid se llevan a cabo las mejores representaciones del teatro español. Tienen una importancia capital los espectáculos realizados con títeres. Se representan farsas de los autores más brillantes, contemporáneos y clásicos, adaptaciones, etcétera. Entre los estrenos últimos tenemos una versión de Numancia de Cervantes, hecha por Rafael Alberti. José Bergamín, Antonio Aparicio, Manuel Altolaguirre, han escrito muchísimo para este teatro del frente.

FERNANDO GAMBOA: Buen número de pintores de la generación anterior se dedica a trabajos de conservación y restauración de cuadros.

EL REDACTOR: Nos ha impresionado a todos, lo veo muy especialmente leyendo revistas europeas, el esfuerzo de la República para llevar la guerra sin descuidar ningún aspecto del genio y del patrimonio artístico de España. Publicaciones de todas clases, teatro, exposiciones, conciertos…


Poesía

OCTAVIO PAZ: Han llegado los Romanceros de la guerra civil a México. Seguramente tú has visto y publicado muchos de estos poemas. Y empieza a venderse en librerías, revistas como Hora de España y Nueva cultura. No sé si pueda leerse el diario La voz, diario de los intelectuales que se edita en Madrid. El mono azul es actualmente el suplemento literario de este diario. Madrid es el nombre de otra revista excelente. Acaba de circular el segundo número y el tercero está en proceso. La edita la Casa de la Cultura y María Zambrano cuida del número próximo. Del gran poeta Antonio Machado, a quien la República encontró en la mayor pobreza, una de las voces líricas más altas de la Europa contemporánea, acaba de editar un volumen de ensayos: La guerra, en que su personaje, Juan de Mairena, discurre sobre temas diversos relacionados con el drama español. Algunos de estos ensayos se publicaron en Hora de España. En los ensayos de Juan de Mairena se siente siempre un fervor muy español, un cristianismo implícito, la unidad singular del espíritu castellano.

CARLOS PELLICER: Antonio Machado es un comunero, un nuevo comunero. Eso es todo.

OCTAVIO PAZ: Antonio Machado ve en el fascismo, como característica, un odio fundamental por todos los valores del espíritu, a pesar de su apoyo espiritualista. Ve en el fascismo un retorno a un paganismo sin trascendencia alguna.

CARLOS PELLICER: ¡Qué lejos Grecia y Roma!

OCTAVIO PAZ: He quedado sorprendido de la actividad artística. Si antes de la guerra Jules Supervielle y otros grandes poetas consideraban la joven poesía española como la más interesante y robusta del mundo, ahora con la guerra la poesía española se ha enriquecido con una experiencia que empieza a fijarse en ella de manera bellísima y perfecta. No se han empobrecido, no obstante el asesinato de Federico García Lorca. Surgieron nuevos nombres, nuevos nombres importantes. ¡Lo que vendrá después de la guerra! Un verdadero renacimiento con el triunfo popular. Hay una poesía nueva, original, con influencia de los maestros latinos, Virgilio, que se manifiesta en poetas como Serrano Plaja, como Emilio Prados…

EL REDACTOR: Acaso sea sólo una influencia de los clásicos castellanos, de Fray Luis de León, por ejemplo.

OCTAVIO PAZ: Percibo un sabor muy castellano en ellos. Acaso como Fray Luis, estos poetas contemporáneos han leído y traducido a los maestros latinos con especial afecto y leído así al propio Fray Luis de León.

EL REDACTOR: ¿Qué nuevos libros se han publicado en las últimas semanas?

OCTAVIO PAZ: De Alberti acabó de publicarse De un momento a otro (Madrid 1937). Este volumen encierra su poesía de temas revolucionarios, escrita a partir de 1932. Poesía de circunstancia la mayor parte. Pero de un poeta de gran fuerza. Algunas páginas de este libro son seguramente de las mejores de Alberti. Tan puras como las mejores de Sobre los ángeles. Es reciente también una antología: Poetas de la España leal. En este libro se encuentran grandes poetas españoles de hoy: Machado, Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, León Felipe, Moreno Villa, Gil Albert, Serrano Plaja, Miguel Hernández, Lorenzo Varela, Francisco Aparicio. Hemos mencionado ya El romancero de la guerra civil, editado por Emilio Prados. De los combatientes se editó un volumen: Poesía en las trincheras, escrito por soldados.

CARLOS PELLICER: Entre los nuevos nombres, nacidos con la guerra, Miguel Hernández es de los más destacados. Es un campesino, un cabrero. Antonio Aparicio, muy joven, es una especie de Antoñito el Camborlo: sevillanísimo y gitano, un muchacho encantador. Ha sido herido gravemente, y, después de curarse, vuelve a las trincheras. Escribe buenos poemas. Creo que la influencia de Antonio Machado se ejerce en buena parte de la joven poesía española. En México…

FERNANDO GAMBOA: Creo que la evolución de las artes plásticas, la orientación de la pintura, sobre todo, es semejante a la que ustedes exponen acerca de la poesía. Con Gutiérrez Solana se reanuda la tradición profundamente española. Los otros pintores modernos y contemporáneos no son fundamentalmente españoles. Y así como en los poetas hay afinidad con las normas castellanas del Siglo de Oro y con los grandes poetas latinos, creo que en muchos de los pintores nuevos es patente la influencia de los clásicos españoles.

EL REDACTOR: Me parece muy importante el hecho de que a Picasso, uno de los más grandes artistas contemporáneos, España le haya tenido siempre un poco alejado, sin apreciarle o quererle como merece. Acaso por su pintura se le consideraba como desarraigado, como descastado, como afrancesado, dijéramos. Y tal hecho nos sitúa, súbitamente, en México, a considerar algunos de nuestros pintores que se les tiene como descastados, no mexicanistas, y algunos de nuestros poetas, y muchos de ellos, en mi opinión, entre los mejores…

FERNANDO GAMBOA: Esto nos llevaría muy lejos. Lo cierto, preciso, innegable, es que toda la intelectualidad española, los máximos pintores, músicos, poetas, escritores, etcétera, están con la República, con el Gobierno de la España leal.

OCTAVIO PAZ: Y no sólo los intelectuales más valiosos de España, sino de Europa, incluyendo Alemania e Italia y lo mejor de América Latina, del mundo todo.


México visto desde Europa

EL REDACTOR: Lo de Picasso lo veo muy interesante, no porque me parezca extraña su adhesión al gobierno leal, sino por el contrario: infalible, cierta y profunda. Pero, sobre todo, porque con la lucha se ha comprendido mejor, y para muchos por vez primera, el españolismo extraordinario de Picasso. Y en esa lección algo debemos aprender para apreciar lo nuestro. Pienso en Orozco, en Siqueiros…

CARLOS PELLICER: José Clemente Orozco y Diego Rivera me interesan más que los maestros contemporáneos de la pintura europea. Ya te conversaré de mi visita a la Galería Albertina, de Viena, para que se sepa, los que aún lo ignoran, lo que vale Orozco.

OCTAVIO PAZ: Luis Cernuda, para mí el mejor poeta de España en la actualidad, entre los poetas de la nueva generación, ha pasado meses en el frente, Serrano Plaja es ahora Comisario en el Quinto Cuerpo del Ejército en Teruel. Le acompañan Lorenzo Varela y Sánchez Barbudo, Secretario de Redacción de Hora de España. Los artistas más exigentes, los más puros, han respondido perfectamente al llamado del pueblo. Serrano Plaja es el autor principal de la ponencia presentada colectivamente por los jóvenes poetas y escritores españoles en el Congreso de Valencia. Creo que es un ensayo excelente.

FERNANDO GAMBOA: Cada brigada posee su periódico impreso y su periódico mural. Los Comisarios son los animadores, los trabajadores intelectuales de esta labor en las trincheras. Pablo de la Torriente Brau fue muerto en el frente cuando desempeñaba su cargo de comisario.


Los católicos 

EL REDACTOR: ¿Los católicos españoles y la guerra civil? ¿Qué me dices, Carlos, de ellos? ¿Sus contados intelectuales?

CARLOS PELLICER: Lo mejor de España está con la República. Los testimonios son innumerables. Recordaré algunos nombres significativos entre los intelectuales católicos. Osorio Gallardo, José Bergamín, escritores de reputación europea, han defendido tesoneramente a la República. El canónigo Rocaful, de la Catedral de Córdoba, humanista eminente; el padre Luis Sarasola, viejo amigo de Unamuno, biógrafo de San Francisco de Asís. El Gobierno de la República ha salvado más de ochenta mil objetos del culto.

EL REDACTOR: Comprendo. Hay ensayos, uno de ellos muy conocido, de Dujardin, en que nos demuestra con suma claridad y lógica perfecta que Cristo estaría con la España leal. Pero, indudablemente, España se ha libertado por completo del dogmatismo católico tradicional. El clero, es decir la negación de Cristo, de las ideas de Cristo, que muchas aún son revolucionarias, lucha por conservar sus privilegios, por seguir gravitando sobre los trabajadores.

CARLOS PELLICER: Hay entendimiento, claro y limitado, entre las tendencias más de izquierda y grandes grupos católicos.

EL REDACTOR: La República española es verdaderamente democrática y hay gran libertad de conciencia, me parece. Y acaso en España acontezca algo semejante a lo nuestro. Creo que el español es como el indígena, en este aspecto: posee espíritu religioso, espíritu místico, pero no es católico. El fervor del español, fervor exasperado, hondo, lo encontramos en los anarquistas, en los marxistas, en los católicos, en los fascistas… Pero el pueblo español se ha liberado de la Iglesia.

OCTAVIO PAZ: El dogmatismo católico ya no tiene fuerza.

EL REDACTOR: Eres tú, Carlos, el único escritor católico que nos interesa en México. Y por lo mismo, tu viaje al Congreso de Valencia, tu opinión sobre la actitud de los católicos españoles, la tuya dada ya con sólo aceptar ir a ese Congreso, ya que has vivido lejos de la política, interesado sólo en la cultura, tiene singular importancia.

CARLOS PELLICER: La sesión inaugural del congreso antifascista de Valencia se caracterizó por su fervor por la democracia. El discurso de Bergamín, el del gran escritor holandés [Johan] Brouwer, católicos ambos, fueron de los más importantes. Brouwer estuvo al principio con Franco. Conoció perfectamente el pensamiento de los rebeldes, sus hechos. Brouwer es un escritor de reputación europea. Su testimonio es de gran fuerza, irrefutable. Creo que en México se le conoce un poco por su obra sobre Cortés.

OCTAVIO PAZ: Recuerdo casi textualmente el letrero que vi sobre las fachadas de los templos en Castilla la Vieja: “Ciudad de los servicios de este edificio porque su belleza pertenece al pueblo español”.

CARLOS PELLICER: No obstante la lucha, qué gran libertad hay en la España leal.

OCTAVIO PAZ: Se escribe, se publica todo. ¿Se conoce en México el poema “La insignia”, de León Felipe? Grandes fragmentos me gustan, poéticamente, por supuesto. Y esa es la única manera de gustar la poesía.

CARLOS PELLICER: En París acaba de publicarse Luces y sombras de Alemania de Louis Gillet, católico, miembro de la Academia Francesa, y en su libro prueba que la guerra civil española fue planeada en Roma y en Berlín. Es indudable que existe un gran acercamiento entre los verdaderos cristianos y los partidos de izquierda. Y es un acercamiento que carece de confusión. Es un acercamiento preciso y limitado. Pero hay un entendimiento claro y simpatías comunes en los rasgos fundamentales de las tendencias. Lamento que se haya suspendido, recientemente, la revista de los franciscanos.

EL REDACTOR: ¿Qué te parece la poesía joven de México en relación a la poesía joven de España?

CARLOS PELLICER: No hay en México dos poetas jóvenes de la fuerza de Luis Cernuda y Rafael Alberti… Aunque se enojen algunos muchachitos…

OCTAVIO PAZ: A propósito de lo circunstancial del noventa por ciento de la poesía española actual, quiero insistir, nuevamente, sobre la dignidad que conserva esta poesía ocasional.

CARLOS PELLICER: Está hecha por poetas. Además, está demasiado inmediata para juzgarla, para compararla, por ejemplo, con el Romancero Clásico. Lo mejor vendrá después. Gutiérrez Solana, espero que pintará sus recuerdos de la guerra, como lo hizo Goya en Burdeos, según nos acaba de recordar Cardoza y Aragón.

EL REDACTOR: Recuerdo haber leído, en Hora de España, un ensayo de Manuel Altolaguirre sobre la poesía de los poetas más nuevos, de la poesía nacida en las trincheras. Altolaguirre regañaba a Hernández por la pobreza poética de algunas de sus estrofas. Y le decía que, precisamente, se estaban batiendo por la poesía y que no era posible escribir de cierta manera…

OCTAVIO PAZ: Altolaguirre me dijo que muy pronto imprimirían un volumen inédito de Federico García Lorca: El poeta en Nueva York.

EL REDACTOR: ¿Y Neruda? ¿Tu viaje por la Europa central?

CARLOS PELLICER: Neruda es el más grande poeta joven de América. Estuve en Viena. Oí Wagner y me parece ya insoportable. Me sigue gustando Tristán e Isolda. Recuerdo mucho mi visita al Museo Etnográfico, dirigido por el Dr. Rocke. Las salas dedicadas a México son excelentes. En ellas se encuentra el penacho de Moctezuma, regalado por Cortés a Carlos V. Y hermosísimos mosaicos de plumas, como no pueden verse en nuestro Museo Nacional. Y mosaicos de turquesas, acaso de Teotihuacán. Salvador Ordoñez ha dado concierto en Berlín, en la Sala Pleyel de París, con éxito.


José Clemente Orozco en Viena

EL REDACTOR: ¿Qué ibas a decirme de tu visita a la Albertina en relación con José Clemente Orozco?

CARLOS PELLICER: La Colección Albertina de Viena es posiblemente la mejor colección de estampas y grabados del mundo. El director de la Colección me dijo que había adquirido dos litografías de Orozco y que consideraba dicha adquisición como la más valiosa hecha durante los últimos años. Y con lo que saben estos hombres, tú comprenderás que a José Clemente Orozco se le aprecia muchísimo.

EL REDACTOR: En México se le empieza sólo a conocer…

CARLOS PELLICER: Así son las cosas aquí…

FERNANDO GAMBOA: Tenemos tan cerca ciertos valores que no nos damos muchas veces cabal cuenta de lo que representan y realmente valen.

EL REDACTOR: El Estado debería pasar mensualidades a unos cuantos hombres que tenemos para que, sin preocupaciones, se dedicasen a hacer lo que les viniese en gana, en vez de andar dando clasecillas…


Con Juan Ramón Jiménez

OCTAVIO PAZ: No puedo olvidar nuestra visita en La Habana a Juan Ramón Jiménez. Su conversación fue una interrogación constante acerca de sus amigos de España. Al presentarle a Carlos Pellicer, le dio un abrazo y le dijo que saludaba al gran poeta joven de América, conocido y admirado hacía tiempo. Y a propósito de las cosas que pasan en México, Pellicer envió su Hora de junio al certamen anual de literatura, para competir en los premios nacionales. Y participó también en los Juegos Florales de Monterrey, con resultados semejantes…

EL REDACTOR: Nada más natural. Tales certámenes no nos prueban nada…

FERNANDO GAMBOA: Se vuelven, con exagerada frecuencia, asuntos políticos. Y están viciados desde las bases de organización hasta la integración del jurado. Y naturalmente…

EL REDACTOR: Hay un nuevo plan para la organización de estos premios de literatura. Y una nueva ley acerca de la propiedad artística. Creo que, esta vez, con un buen jurado, habrá de tener buen éxito.


Silvestre Revueltas

CARLOS PELLICER: Se diría que nos hemos olvidado del más grande músico de México: Silvestre Revueltas.

EL REDACTOR: Lamento mucho no haberlo visto. Será más tarde. Cuando se alivie. Se que llevó un diario durante su viaje y permanencia en Europa. Revueltas escribe muy bien, muy inteligentemente. Tiene mucha ironía, ironía sana, esa agilidad mental y peculiar de los gordos con talento. Seguridad, certeza y decisión.

OCTAVIO PAZ: Triunfo positivo fue el de Revueltas. ¿Quién que le trate no admira su talento, su gran capacidad creadora, su temperamento que se manifiesta siempre? Una gran personalidad, y auténticamente nuestro.

CARLOS PELLICER: Un ángel gordo. Alguna vez le habrán de salir las alas…

EL REDACTOR: Me recuerda el verso de Larrea: “sentado al borde del cielo como un ángel obeso”.

OCTAVIO PAZ: La Sociedad Filarmónica de Madrid le hizo miembro honorario. Dio una serie de conciertos: Valencia, con la Orquesta Sinfónica. En Madrid, con la Sinfónica de Madrid; no sé si cuatro o más… No recuerdo muy bien. Y luego dos conciertos de música de cámara, en Madrid, así como dos transmisiones para América, con la Sinfónica de Madrid. De lo que más gustó fue su “Duelo a García Lorca”.

EL REDACTOR: Cuando el Congreso de Escritores que se celebró en México, hace un año, Waldo Frank me habló con grandes elogios de esta obra que acabamos de escuchar.

FERNANDO GAMBOA: Cuando Revueltas estuvo en París se proyectó, en esos mismos días, la película Redes. La música gustó muchísimo también.

OCTAVIO PAZ: Darius Millhaud, a través de Robert Desnos y Alejo Carpentier, buscó a Revueltas. Le interesó tanto su música, que por medio de la Casa de la Cultura de París, se hizo lo posible por organizarle unos conciertos para que Revueltas dirigiera algunas de sus obras. Desgraciadamente, por falta de entendimiento y ligero apoyo de ciertas gentes nuestras, ¡en ocasión tan singular!, no fue posible organizarlos.

CARLOS PELLICER: También Salvador Ordóñez había logrado, parece, que Silvestre fuese a Viena a dar algunos conciertos. Y creo que pasó algo semejante a lo que nos cuenta Octavio.

EL REDACTOR: He leído algunas críticas europeas sobre Redes. En todas se comería la música de Revueltas. Veré si quiere darme algunas cuartillas de su diario. Quisiera publicar también el romance que Pellicer leyó en una de las sesiones del Congreso.

CARLOS PELLICER: Lo hice con fervor, pero apresuradamente. No tengo ni original, ni copia. Además, no me gusta nada.

OCTAVIO PAZ: Hay versión estenográfica…

EL REDACTOR: ¿Y ahora, aquí, en México?

CARLOS PELLICER: A dar clasecillas…

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