Conversaciones y novedades

Décimo festival de dos mundos. Spoleto, 1967

Ángel Gilberto Adame ; Esteban López Arciga

Año

1967

Lugares

Spoleto, Italia

Tipología

Historiografía

Temas

Embajador en la India (1962-1968)

 

Origen[*]

El Festival dei Due Mondi se celebra cada año, desde 1958, usualmente entre los meses de junio y julio, en la ciudad de Spoleto, ubicada en la provincia de Perugia en Italia central. Con un programa de tres semanas, se ha convertido en la manifestación cultural más importante de Umbría.

Fue fundado por el compositor italo-estadounidense Gian Carlo Menotti, quien, desde 1956, ya tenía claro que Spoleto sería la sede del certamen; según Gianna Volpi, lo eligió por varias razones, entre las que se encontraban “el tamaño de su pequeño centro histórico, la presencia de dos teatros de estilo italiano, el descubrimiento de un teatro romano y sobre todo la presencia de la Piazza del Duomo, arquitectónicamente un teatro al aire libre, silencioso e invariable en el tiempo”.[1]



Piazza del Duomo, Spoleto.

La ciudad era una localidad empobrecida y sin mayor relevancia. La propuesta fue recibida por el alcalde en turno con escepticismo, pero Menotti logró convencerlo de que el evento reactivaría la economía local.

La primera emisión arrancó el 5 de junio de ese año con la representación del Macbeth de Giuseppe Verdi, bajo la dirección de Luchino Visconti en el Teatro Nuovo, sitio en el cual se representan, principalmente, óperas y espectáculos en prosa; muy similar a las puestas en escena albergadas en el Teatro Caio Melisso. Se trataba de una apuesta mayor, pues a pesar de contar con la intervención del veterano Visconti como director escénico, también era el debut de un muy joven Thomas Schippers como conductor, quien tenía un trabajo complejo al lidiar con una ópera no muy conocida en el país.

La representación fue un éxito que pondría al festival, y por ende a Spoleto, en el panorama internacional, situación para la cual la infraestructura del lugar no estaba del todo lista. Fueron varias las anécdotas de fallas con la luz eléctrica a media función, o la falta de agua corriente para que los músicos e histriones se pudieran asear antes de entrar al escenario. Estos imperfectos se convirtieron en parte del encanto de la muestra.[2]


Cartel del primer Festival de Spoleto hecho por Fernando Botero.

El Due Mondi sería reconocido como una suerte de contraparte a los foros musicales y operísticos más tradicionales de Italia, como el Teatro de La Scala.  Si bien el perfil de Menotti como compositor era el de un neorromántico que se negó activamente a incursionar en la música atonal, su certamen fomentaba conciertos y puestas en escena que desafiaban constantemente la convención. El evento sirvió como plataforma para impulsar a figuras como Yo-Yo Ma, Pinchas Zukerman y Murray Perahia.

Spoleto (1965)

En este año, Menotti incluyó lecturas de poesía dentro del Festival. Ariodante Marianni, al respecto, comenta:

La idea de llevar a los poetas a leer sus versos en voz alta y en un festival […] era completamente nuevo en Italia cuando Gian Carlo Menotti inauguró la Semana de la Poesía […]. La innovación desconcertó a algunos, mientras que otros temían que significara exhibir poetas, como tantas otras atracciones secundarias. ¿Qué podía persuadir a la gente, se preguntaban, para pagar entradas de teatro para escuchar poesía difícil recitada, a menudo en un idioma completamente desconocido, sino la curiosidad de ver a los poetas en persona, por observar cómo vestían, qué tipo de gestos hacían? ¿hacer? La poesía es una conversación entre dos espíritus que no se presta fácilmente a manifestaciones externas.[3]

Con Poeti di Persona, el compositor creó un espacio de conjunción de distintas artes. La integración de un evento de poesía en voz alta reunió al ancho del campo artístico en un solo sitio.

Mientras estaba en la Universidad de Oxford en abril de 1965, Neruda recibió una invitación para asistir al encuentro de poetas:

Me invitaron a Spoletto. Se trataba de un festival de poesía. ¿Dónde estará Spoletto? Allí está, como un pequeño lunar en el mapa, pequeñísimo. Se diría que ahí no caben sino dos o tres poetas.

No fue así. Desde el crecido Stephen Spender, de Inglaterra, hasta Rafael Alberti, con un pie accidentado, Yevtuchenko, de camisa azul, y yo mismo, vestido de tweed (porque yo venía de Londres) queda ahora que caben cien poetas en la pequeña y maravillosa ciudad de Spoletto.

Hacía tanto calor que algunas gotas resbalaban de la frente a la nariz y luego a la poesía. Pero la poesía ganó la batalla contra el calor y un centenar de poetas de todas las naciones dijeron sus versos entre los arcaicos muros, torres, arcos medievales, en el esplendor de Spoletto. Esto pasó la última semana de junio de 1965.[4]

La presencia de poetas en el festival fue una novedad bien recibida, y sería parte del programa de manera regular, con una notoria excepción en 1968, probablemente debido a los eventos ocurridos en el décimo aniversario del evento.


Spoleto (1967)

El cartel de la décima edición, obra de Ricardo Lindner por un error de impresión, decía “1957”. Con motivo del décimo aniversario, Rafael Alberti escribió un texto laudatorio:

El Festival de Spoleto tenía por misión juntar y hacer hablar las artes diferentes con la voz humana del entendimiento y la cordialidad. El llamarse de Dos Mundos rompía la separación de los océanos y confundía el viejo trabajo mitológico de la separación de los continentes, lo negaba. Bajo ese título ambas tierras, donde el juego creador del arte prospera ampliamente, se juntaban en la ciudad italiana de Spoleto, centro exacto y único para que tal conjunción sucediese. El resultado fue una milagrosa hazaña cumplida por Gian Carlo Menotti, que cada año hacía levantar los ojos de los espectadores a la altura del corazón inasible de eso que llamamos el arte y pudiéramos llamar respiración o vida.[5]


El cartel de Lindner

Dentro de la programación se representó EI príncipe constante de Calderón de la Barca por el Teatro Laboratorio 13 Rzedow de Jerzi Grotowski. La obra era una de las puestas en escena definitorias de la segunda mitad del siglo XX. Partiendo de una adaptación libre del texto del autor español y de los principios teóricos de su “teatro pobre”, Grotowski escenificó una versión donde el martirio de Don Fernando es elevado a un punto de éxtasis espiritual, mediante la interpretación de Ryzsard Cieslak, quien le inyectó al personaje una corporalidad visceral, siendo azotado hasta llegar una especie de estado místico: “Fue el intento de lograr mediante Ryzsard Cieslak algo imposible: una cúspide psico-física como el éxtasis, pero a la que se tenía que llegar de manera consciente”[6]. Entre los asistentes se hallaban Pier Paolo Pasolini, Anna Magnani, Dacia Maraini y Alberto Moravia. 


Cieslak como Don Fernando

Otros de los espectáculos relevantes de esta emisión fueron el Ballet del Teatro Estatal de Stuttgart, Le Diavolerie. Apuntes sobre la angustia, de Alessandro Fersen, los ballets de Alberto Testa, los experimentos de MaMa, las exposiciones de Carandente, la experiencia de la cúpula geodésica de la SpoletoSphere de Buckminster Fuller, y prominentemente el Don Giovanni de Mozart dirigido por Menotti con decorados de Henry Moore.


Anuario del décimo Festival de Spoleto

El evento Poeti di Persona tuvo lugar del 6 al 9 de julio en el Teatro Caio Melisso. Además de Paz, en el cartel aparecieron el español Rafael Alberti, el israelí Yehuda Amijái, la austriaca Ingeborg Bachmann, los estadounidenses John Berryman y Allen Ginsberg, los ingleses Charles Tomlinson y P. J. Kavanagh, el francés Henry Michaux, el soviético Ivan Drach, los italianos Alfonso Gatto, Vittorio Sereni y Giuseppe Ungaretti, y el mexicano Homero Aridjis. Aunque no apareció en el cartel, también participó de forma extraoficial José Emilio Pacheco.

Para Paz, este sería su primer encuentro con Charles Tomlinson, con quien sostenía una amistad epistolar. La afinidad fue evidente. Según el recuento que hizo Paz con Elena Poniatowska, el traductor se sentiría más cómodo conversando con él que con sus compatriotas: “En el aeropuerto me encontré a un muchacho inglés alto y espigado que se me acercó y me dijo: ‘¿Usted es Octavio Paz?’. Yo adiviné que él era Charles Tomlinson, un joven poeta inglés con el que me carteo desde hace algún tiempo [...]; al ver a Berryman y a Ginsberg me dijo: ‘Octavio, now we are going to face those damned American exhibitionists!’”[7].

La curadoría de los poetas invitados estaba a cargo de Patrick Creagh, poeta y traductor británico quien llevaba varios años instalado en Italia. Es quizá la cercanía profesional que mantuvo con Charles Tomlinson lo que lo llevó a conocer a la obra de Octavio Paz, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis, de ahí la invitación a los mexicanos.

También sería de particular relevancia el hecho de que Spoleto marcaba el reencuentro entre Octavio Paz y José Emilio Pacheco, quienes ya se habían conocido  en persona en los años 50. En este contexto, Pacheco le avertiría a Paz sobre las intrigas que le esperarían en México si es que regresaba. Según información proveída por Jesús Quintero, es muy probable que este haya sido el sitio donde Paz le recomendaría al autor El reposo del fuego que se dedicara de lleno a la creación literaria y dejara de lado su actividad periodística. La respuesta a esta petición se publicaría un año más tarde en el suplemento Espejo, dirigido por Luis Spota:

No quiero responder
ni preguntarme
si algo escrito hoy
dejará huellas
más profundas que el polen en las ruinas.[8]

Otra Amistad que habría de florecer en Spoleto sería entre Paz y Yehuda Amijái, “Era la segunda ocasión en que Amijái asistía al mismo evento que habría de considerar su ‘debut internacional’ como poeta; antes de eso, Ted Hughes ya lo había puesto ‘en órbita’ dándolo a conocer al mundo entero”[9]


De izquierda a derecha: Yehuda Amijái, desconocida (sentada), José Emilio Pacheco, Homero Aridjis, John Berryman y Octavio Paz.

John Berryman sería uno de los personajes más recordados, y su alcoholismo no le impidió ser una compañía excepcional para el resto de sus colegas. Desmond O’Grady describe la reunión de poetas para el periódico The Age haciendo énfasis en el contraste que existía entre el tono coloquial de los “poemas urbanos” (Berryman y Ginsberg), y el imaginario metafísico que percibió en la poesía de los mexicanos. En el mismo texto describe el encuentro de Berryman con Paz, señalando que el primero, visiblemente ebrio, increpó a Marie José diciéndole que se veía “como una antigua egipcia”[10]. El episodio más que molestar a Paz, pareció causarle gracia, pues en la entrevista con Poniatowska describió a Berryman como uno de los mejores poetas norteamericanos, recordando con humor su ánimo constante de fiesta: “Nunca se quería dormir y Ginsberg, que es una especie de hermana de la caridad, como si fuese su mamá o su papá, le partía el steak en la noche y le decía: ‘Mira, yo me como un pedacito y tú te comes el otro’, y así lograba finalmente, a las cuatro de la mañana, que se fuera a dormir”.


Desmond O'Grady, Octavio Paz, John Berryman y Yehuda Amijái.

La figura de Allen Ginsberg fue una presencia imposible de ignorar durante el festival. La relación que habría de entablar con Paz sería cordial pero no exenta de roces. Según Guillermo Parra, al mencionarle al poeta beat que estaba leyendo la obra de Paz, respondió: “Yo nunca entiendo sus poemas. No sé lo que está tratando de decir con su poesía”[11].

Acostumbrado al escrutinio, el autor de Aullido atravesó una seguidilla de escándalos que alcanzaron su punto más álgido a mediados de la década de los 60. Cuando el movimiento hippie estaba en pleno Verano del Amor en San Francisco, Ginsberg, con una agenda colmada de lecturas, aprovecharía la invitación a Spoleto para cumplir dos proyectos durante mucho tiempo postergados: recorrer Europa con su padre y lograr reunirse con Pound.

El encuentro con Pound

Ezra Pound, en un exilio impuesto por su pasado apoyo al fascismo, se encontraba por estos años instalado en Venecia en compañía de su pareja Olga Rudge. Su presencia en el Due Mondi era habitual desde el primer evento de poesía en 1965 donde fue aclamado. En esta ocasión Pound no iba en calidad de ponente, sin embargo, estaría recorriendo el poblado, probablemente como un invitado de honor, situación que intrigaba a los asistentes.

El encuentro con el autor de los Cantos se daría muy pronto, y estarían presentes Paz, Ginsberg, Aridjis y Tomlinson. Como en una ficción fragmentaria, todos los involucrados relataron versiones diferentes de este suceso. Hemos decidido recuperar los cuatro testimonios, para así dejar las piezas del rompecabezas a disposición de los interesados.


Pound recorriendo Spoleto, 1967.

A. Ginsberg

A su llegada a Spoleto, el escritor fue a la presentación de Don Giovanni donde pudo ver a Pound entre la audiencia. Al presentarse con él, este se mantuvo en silencio: “Fue un momento maravilloso para Allen [...] y el silencio de Pound no pudo arruinar su reunión. Después de que Allen lo ayudara a sentarse de nuevo, regresó a su propio asiento”.[12] En esta versión comúnmente aceptada por sus biógrafos, no se contempla la presencia de alguien más.


La versión de Aridjis

En este recuento, Paz estaba renuente a acercarse a Pound, diciendo “Si fuera Mallarmé iría a saludarlo, pero como no es Mallarmé...”, sin embargo, durante el intermedio de la ópera, ocurrió lo siguiente:

Mi esposa Betty y yo salíamos de la sala cuando ella me dijo: “Mira quién viene detrás de nosotros”. Volteé y vi a Ezra Pound caminando con Henry Moore. En el vestíbulo nos hallamos con él frente a frente [...] Nuestro pequeño grupo lo rodeó: Octavio Paz, Marie José, Charles Tomlinson y su esposa Brenda, Allen Ginsberg, Betty y yo. Todos trataban de hablarle y de llamar su atención. Ginsberg incluso le cantó un mantra con gesticulación de manos, pues él guardaba hosco silencio y evitaba mirar a los presentes a la cara, mentiendos bajos “sus ojos de basilisco”, diría Betty. A mí lo único que se me ocurrió decirle fue que yo era amigo de un brillante pianista alemán amigo suyo de los tiempos de la preguerra de Italia.[13]

Fue entonces que una pequeña comitiva se acercó a Pound, sin poder sacarle mayor palabra, situación que según su biógrafo se debía a su agotamiento físico y a una profunda melancolía que lo invadiría durante sus años de vejez.[14]

C. Paz

De acuerdo con la entrevista con Elena Poniatowska:

La noche que salimos de la Comisaría con Ginsberg nos fuimos al teatro para ver Don Juan, con decorados de Henry Moore… Por cierto, cuando me preguntaste quién quisiera ser, debí responder: una persona como Henry Moore o como Marcel Duchamp… En el entreacto, vimos a Pound, acompañado de su hija y de su amiga que lo cuida. Estaba en una esquina del bar. Es un hombre de unos ochenta años, completamente inmóvil, apoyado en un bastón, muy bien vestido, pero obviamente lo habían vestido y le habían hecho el nudo de la corbata… Una cara absolutamente fija, con arrugas. Unas arrugas como manchas de tigre o de lince, un felino y los ojos azules con un brillo extraño, pero fijos como dos piedras, inhumanos, unos ojos totalmente inhumanos… Sin embargo, eran lo único vivo. El resto era una especie de momia o de espantapájaros. Y no hablaba, apoyado en el bastón. Entonces Patrick (uno de los organizadores del Festival) me llamó a mí y a los demás que estábamos allí, Tomlinson, Homero Aridjis y Ginsberg. Lo saludamos y nos dio la mano, pero sin vernos y siguió inmóvil, viendo un punto fijo, no se sabía cuál era. Todo el mundo estaba callado rodeándolo, y nadie hablaba. El silencio me pareció espantoso y le pregunté qué le habían parecido los decorados de Henry Moore. Movió los labios sin omitir sonido alguno… Y otra vez la quietud… Tomlinson se puso muy, muy mal. Yo también. Estábamos a punto de llorar. Lo mismo la mujer de Aridjis. Nos alejamos, pero Ginsberg se quedó. En eso llegó la televisión italiana y Ginsberg tarareó un mantra budista para entretener o saludar al Venerable Imbécil…

D. Tomlinson

Esta versión es la que más se acerca al recuento de Ginsberg. Tomlinson menciona que pudieron observar a Pound en el intermedio del espectáculo, y contrario a lo que afirmó Paz, fue éste el que reaccionó de manera negativa. El estado tan vulnerable de Pound “nos hizo también vulnerables. Octavio se escabulló al otro lado de la habitación, conteniendo sus sentimientos con maestría. ‘Está completamente decepcionado’ dijo Marie José”[15].

Las lecturas y el arresto de Ginsberg

El festival siguió como acordado, y el 7 de Julio se presentó Paz leyendo “Madrugada”, “Aquí”, “Madurai”, “Presente” y “Viento entero”. Aridjis presentó su “Vírgen hincada empieza a ser visible”. Pacheco leyó una selección compuesta por “Brusco olor del azufre”, “Noche de México y “Descripción de un naufragio en ultramar”.  

Al día siguiente, el evento de nota era la lectura de John Berryman y Allen Ginsberg. En el documental de Christian Blackwood sobre el evento, se puede ver que el primero estuvo acompañado por Paz y Pacheco. Berryman leería selecciones de sus Dream Songs y el autor de Aullido una serie de poemas coronada por “Who be kind to”, “Con quién ser amable”, poema que le acarrearía serios problemas.


Ginsberg leyendo en Spoleto.

El 8 de julio la prensa local destacó que Ginsberg había sido arrestado debido a que dio lectura a “algunos obscenos versos rimados. Ginsberg recitó en inglés, pero entre el público se había distribuido previamente un folleto con la traducción al italiano. El incidente ocurrió durante el espectáculo, ‘Encuentro con los poetas’, en el Teatro Caio Melisso”. Aridjis explicó que la detención se debió a que el poeta estadounidense empleó “en un poema una expresión coloquial para designar la masturbación (Jack off), y no la palabra técnica”.

Es muy probable que los versos que causaron la polémica fueran:

orgy of tenderness beneath the neck, orgy of
kindness to thigh and vagina
Desire given with meat hand
and cock, desire taken with
mouth and ass, desire returned
to the last sigh!

Paz recordó el revuelo provocado por los versos de Ginsberg: “Eran unos poemas bastante autobiográficos en los que hablaba de sus masturbaciones en letrinas de la Policía de Cuba y después de los incidentes con las autoridades checas y de otros países. Unas pocas horas después la policía italiana lo detuvo. La acusación consistía en que […] empleaba palabras groseras, es decir, coloquiales. Hubiera podido decir: masturbarse o copular, que son palabras que aparecen en los libros de medicina. Lo imperdonable era que utilizase el lenguaje vivo… Estábamos conversando en un café y de pronto desapareció Ginsberg. Estaba en la cárcel. La gente no quería ir a la Comisaría porque tenía miedo. Pero los mexicanos (Pacheco, Aridjis y yo) decidimos intervenir en este problema de lingüística y a las pocas horas salía libre”. La presencia de Paz en la aprehensión —aunque no en el juzgado— fue confirmada por el biógrafo Bill Morgan.

Ginsberg ratificó que fue el poema “Con quién ser amable” el causante de que se le detuviera. Los carabineros llegaron por él en presencia de Paz y O' Grady “Vinieron por mí a un café media hora después de la lectura, aparecieron de la nada y de forma completamente inesperada, fue una sorpresa en verdad porque yo no había hecho nada, […] cuando me dijeron acompáñenos pensé que era por drogas”.[16]

La reacción de los asistentes y organizadores fue inmediata, Menotti recibió a los carabineros extendiendo sus muñecas tomando responsabilidad por la supuesta falta de Ginsberg. Por otro lado, el episodio agitó en el poeta italiano, Alfonso Gatto, recuerdos de sus días como militante en la resistencia antifascista y obligó a parar todas las actividades del festival hasta no conseguir que se liberara al norteamericano, moción a la que se unió la traductora y académica Fernanda Pivano.[17]


Menotti ofreciendo sus muñecas a los carabineros que venían a aprehender a Ginsberg.

Aunque los organizadores del festival gestionaron su liberación pocas horas después, Ginsberg criticó con dureza a la justicia italiana: “El problema es que la estructura legal […] todavía funciona con premisas fascistas, a saber, las leyes y la plantilla, todo sigue igual que en la época de Mussolini”. Sin darle mayor importancia a lo ocurrido, partió rumbo a Londres para presidir una marcha a favor de la legalización de la marihuana.

Si bien, en un principio se había tomado la determinación de retirar los cargos, un sector conservador de la autoridad italiana apeló esta decisión y reanudó un proceso en el que se esperaba hacerlo comparecer. El proceso abierto contra Ginsberg en Italia trascendió al menos hasta 1972, fecha en la que el caso fue resuelto a favor del vate.[18]


Fernanda Pivano y Alfonso Gatto acompañando a Ginsberg siendo liberado. 

De modo curioso, esta no sería la última vez que Ginsberg se viera en problemas con la autoridad italiana durante este viaje a Europa. Poco tiempo después en Roma, sería detenido durante una lectura en Roma, sospechoso de ser parte de alguna organización hippie. Su padre habría de recogerlo en la prisión y recordaría el incidente con gracia.



[*]Le agradecemos a Arely Pantoja por rescatar la correspondencia pertinente a esta investigación.


[1] Gianna Volpi, Spoleto Story, Rusconi, 1982, p. 13

[2] Bruce Duffie, "Composer Gian Carlo Menotti: Three Conversations with Bruce Duffie", en línea: http://www.bruceduffie.com/menotti2.html

[3] Ariodante Marianni, “Uno strumento per conoscere il mondo/A medium for discovering the world”, Décimo Festival dei Due Mondi Spoleto 1967, Roma: Arti Grafiche Panetto e Petrelli, 1967, p. 99.

[4] Manuel J. Gutierrez y Pedro Gutierrez Revuelta, “Reuniones de la primavera”, en La palabra de Pablo Neruda (1960-1973), Salamanca, Ediciones de la Universidad, 2020, p. 125

[5] Rafael Alberti, “Fiesta grande”, Décimo Festival dei Due Mondi Spoleto 1967, Roma: Arti Grafiche Panetto e Petrelli, 1967, p. 75.

[6] Richard Schechner y Lisa Wolford (compiladores), The Grotowski Sourcebook, Londres: Routledge, 1997, p.63.

[7] La cultura en México. 18 de octubre de 1967.

[8] Jose Emilio Pacheco, "Conversación romana", Espejo, no. 6, 4to trimestre, 1968, pp. 5-6

[9]Claudia Kerik, "Octavio Paz y Yehuda Amijái. Dos poetas en Jerusalén", en Mira, tuvimos más que la vida, Elefanta Editorial, 2019, pp. 229-231.

[10] The Age, 29 de julio 1967, p.21.

[11] El Nacional (Venezuela), 30 de septiembre 2012.

[12] Bill Morgan, I Celebrate Myself: The Somewhat Private Life of Allen Ginsberg, Nueva York: Viking, 2006  

[13]Homero Aridjis, "Octavio Paz, viaje al oriente de sí mismo" en Octavio Paz y el Reino Unido, Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2015, pp.135-136.

[14]David Moody, Ezra Pound: Poet: Volume III: The Tragic Years 1939-1972, Londres: Oxford University Press, 2015, edición electrónica.

[15]Charles Tomlinson, "Dove sta memoria: In Italy", The Hudson Review, Vol. 33,  No. 1, 1980, p. 28.

[16] Carta de Allen Ginsberg dirigida a Robert Creeley, 28 de noviembre de 1968.

[17] “È il 1967: a Spoletto Fernanda: a Spoleto e Gatto aspettano Ginsberg arrestato per oscenità”, Corriere del Mezzogiorno, 19 de agosto de 2009.

[18]Fernanda Pivano, Diari [1917.1973], Milán: Classici Bompian, 2008, p. 1019.


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