Conversaciones y novedades

Octavio Paz en Mérida: fotógrafo de ocasión

Guillermo Sheridan

Año

1937

Lugares

Mérida

Personas

Garro, Elena; Adame, Ángel Gilberto; Cabada, Juan de la; Novaro, Octavio; Toscano Escobedo, Salvador

Tipología

Investigación histórica

Temas

Los inicios del poeta (1936-1943)

 

A poco de llegar a Mérida, Octavio Paz recibió una carta, fechada en México el 30 de marzo de 1937, de su camarada Salvador Toscano (1912-1949), que trabajaba en Antropología y en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. La carta trata primero cuestiones laborales (el último cheque de Paz, ¿en dónde?) y recomendaciones sobre cómo lidiar con el sindicato de maestros de Yucatán (que quiere manejar la Escuela para Hijos de Trabajadores). Toscano recomienda que Paz y sus amigos creen un sindicato y lo registren con la CTM:

De todos modos, si los atacan a ustedes —por regionalismos o por lo que sea—, ataquen ustedes a esas gentes obstruccionistas de la labor revolucionaria del General. Con ese ataque de reaccionarios callan a cualquier oposición.

(Es un buen consejo que, al parecer, funcionó.) Luego escribe Toscano:

Tú sabes el interés que tengo en las cosas de la historia mexicana, así que te agradecería fotos de aquello interesante que encuentres. Además, con carácter urgente envíame fotografías de la arquitectura maya pues como recuerdas preparo un número sobre este tema. Envíame algún edificio de Uxmal, el Caracol, el Arco apuntado de Labná. [1]
En estos días saldrá el primer número de los Anales del Instituto, ve preparando algún artículo ahora que tienes un gran material allí. Literatura, arquitectura, escultura, creo que podrás enviarnos algo valioso para el segundo número. El primero trae de Toussaint, García Granados, Mendoza, Moreno y notas bibliográficas. Creo que saldrá interesante.
Recibe los saludos de un amigo y espera las fotografías que, si salieron, pronto te enviaré.

Ese “número” que prepara debe ser el siguiente de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas cuyo primer número, en efecto, aparece en marzo de 1937, aunque se fechó en enero. Los Anales —que siguen apareciendo hasta la fecha— eran dirigidos por el poeta Rafael López (padre de Rafael López Malo, otro amigo Barandal de Paz). Paz nunca colaboró en la revista.

     En sus cartas de Mérida a Elena Garro, Paz revela cierta afición a la fotografía, estimulada por el lado exploratorio de su viaje a Yucatán. De las cartas se desprende que hay una cámara que emplean por lo menos Paz y su amigo, el narrador Juan de la Cabada. Paz se hace retratar (para enviar las fotos a su madre y a Elena Garro) y se lleva la cámara a las zonas arqueológicas.

     En la carta 53 (10 de abril de 1937), menciona entusiasmado que “la arqueología es otra de mis manías y ya te mandaré fotos y quizá un ensayo en una revista que vamos a sacar". En la carta 54 (14 de abril), le escribe:

Pronto te mandaré fotos de Chichén y Uxmal, maravillosas, clásicas, estremecidamente sabias, llenas de atisbos, de honduras. Preparo un ensayo grande sobre Arquitectura Maya: voy a trabajar en el Museo, para dejarle a Novaro su clase completa. El sueldo es una miseria (250) pero creo que me lo van a completar a 4. Eso no importa (sólo en cierta medida). Mando mañana a la U [es decir, la universidad] 12 fotos de Kabá, Chichén y Uxmal, con una pequeña nota. Me lo pidieron.

Quizá necesitaba más o no estaba satisfecho con las que ya tenía, porque, en la carta 57 (16 de abril), avisa que visitará de nuevo la zona:

En la mañana estuve en el Museo, estudiando. Te mandaré fotos. El domingo voy a Uxmal. Mandaré fotos para que una dulce rubia se ponga tonta y diga que los mayas no hicieron nada. Mandaré a la U. esas fotos con un artículo. A ver si me pagan.


La caligrafía delatora

Con esos dos datos —que Toscano le pidió fotos y que Paz le envió doce—, decidimos (Ángel Gilberto Adame y yo) buscar ayuda en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, vecino de mi Instituto de Investigaciones Filológicas. Y tuvimos la enorme suerte de ser atendidos por la diligente maestra Cecilia Gutiérrez Arriola (que cuida la Colección Salvador Toscano, la cual forma parte del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint), quien fuera la esposa de mi querido maestro, el lingüista José Moreno de Alba.

     Cecilia trajo las cajas de la Colección Toscano en las que había fotos de Uxmal y nos pusimos a revisarlas: había decenas y nos dimos cuenta de que iba a ser difícil. Todo iba a depender de que hubiera algún dato documental…

     Me llamó la atención una serie de tres pequeñas fotografías apaisadas de Uxmal, tomadas el mismo día (como se aprecia por las nubes) e impresas en papel con el mismo sello (Gevaert). Cecilia las sacó de sus sobres de plástico y en una de ellas encontré el pequeño potosí: sobre la nota de un catalogador, se apreciaba la caligrafía de Paz: “Uxmal. (“Templo del A[divino]”):

Luego ya busqué la palabra "Uxmal" en las cartas a Elena y la elemental paleografía confirmó que eran del mismo autor:


Las fotografías identificadas

La fotografía con la escritura de Paz es esta:


Uxmal, el Caracol

La Mtra. Gutiérrez Arriola identificó otras dos:


Chichén Itzá

Chichén Itzá, juego de pelota

¿Habrá más? Ya nos lo dirá nuestra amable y diligente amiga, la maestra Cecilia Gutiérrez Arriola, que se ha interesado en esta pesquisa y está contenta de agregar el nombre de Paz a la lista de fotógrafos de la Colección Salvador Toscano.


Toscano

La buena semblanza es la de Adame, “Salvador Toscano, una rápida ofrenda a la luz”, que recoge su libro Octavio Paz. El misterio de la vocación[2] Aquí registraré solamente que Toscano y Paz trabajaron juntos en la revista Barandal en 1931, junto con Rafael López Malo y Arnulfo Martínez Lavalle, y, luego, en los Cuadernos del Valle de México. Paz lamentó su temprana muerte en un accidente de aviación. En “Repaso en forma de preámbulo” (1986), su prólogo a Los privilegios de la vista. Arte moderno universal (el volumen 6 de sus Obras completas), lo evocó así:

Entre mis compañeros había un joven interesado en nuestro pasado artístico: Salvador Toscano. Con él y otros recorrí, los domingos y días de asueto, el valle de México y distintos lugares de Puebla y Morelos: pirámides, conventos, iglesias, capillas abiertas. Toscano murió pronto pero, al menos, tuvo tiempo para escribir y publicar, en 1944, su Arte precolombino de México y América Central, primera tentativa de comprensión estética y no meramente arqueológica de las culturas mesoamericanas.


Los poemas en Uxmal

Por último, años más tarde (1955), Paz escribiría una serie de seis poemas breves, casi haikús, titulados “En Uxmal” (11:141), en su serie “Piedras sueltas”, en “Semillas para un himno”, en la edición final de Libertad bajo palabra.

En Uxmal
1. LA PIEDRA DE LOS DÍAS
El sol es tiempo;
el tiempo, sol de piedra;
la piedra, sangre.

2. MITAD DEL DÍA
La luz no parpadea,
el tiempo se vacía de minutos,
se ha detenido un pájaro en el aire.

3. MÁS TARDE
Se despeña la luz,
despiertan las columnas
y, sin moverse, bailan.

4. PLENO SOL
La hora es transparente:
vemos, si es invisible el pájaro,
el color de su canto.

5. RELIEVES
La lluvia, pie danzante y largo pelo,
el tobillo mordido por el rayo,
desciende acompañada de tambores:
abre los ojos el maíz, y crece.

6. SERPIENTE LABRADA SOBRE UN MURO
El muro al sol respira, vibra, ondula,
trozo de cielo vivo y tatuado:
el hombre bebe sol, es agua, es tierra.
Y sobre tanta vida la serpiente
que lleva una cabeza entre las fauces:
los dioses beben sangre, comen hombres.


[1] En su artículo “La estética de las culturas indígenas”, escribe Toscano: “¡Cuán hermoso es el arco de Labná, pero cuánto más impresionante y magnífica es la ciudadela de Teotihuacán!”.

[2] Ángel Gilberto Adame, Octavio Paz. El misterio de la vocación, México, Aguilar, 2015.



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