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Maarten Van Delden: Reality in Movement, Octavio Paz como ensayista e intelectual público

Armando González Torres

Año

2021

Tipología

Historiografía

Temas

Recontextualizaciones

 

Portada del libro Reality in Movement. Octavio Paz as Essayist and Public Intellectual

Escritor que se reinventó continuamente, pensador versátil ajeno a las academias, intelectual reacio al encasillamiento en las categorías políticas, temperamento fuerte y claridoso, Octavio Paz era una figura excéntrica, a la que resultaba difícil alinear en el medio cultural de su tiempo. Sin duda, este extrañamiento por sus rasgos anfibios provocó que, al lado del amplio reconocimiento que alcanzó su obra, Paz también fuera, a lo largo de toda su vida, un objeto constante de críticas y controversias. 


          Como ningún otro autor mexicano, la obra de Paz ha trascendido las fronteras, genera interés en distintas latitudes y sigue siendo abordada desde diversas especialidades disciplinarias. En 2021 se publicó Reality in Movement, Octavio Paz as Essayist and Public Intellectual, de Maarten Van Delden. Se trata de uno de los libros más abarcadores sobre el Paz artista e intelectual fundidos, en un único e indisoluble perfil. Van Delden no sólo es un profundo conocedor de la obra de Paz, sino también un estudioso del entramado intelectual hispanoamericano contemporáneo, por lo que su libro, además de su erudición paciana, despliega una rica perspectiva comparativa.


          El libro comprende una decena de capítulos en los que el autor se ocupa de muy diversas facetas del proteico escritor mexicano: el rebelde, el revolucionario, el mexicano ante Estados unidos, el enamorado de la India, el lector del psicoanálisis, el controvertido feminista, el compañero de ruta de la izquierda, el conservador, el defensor de la poesía como conocimiento y vida e, incluso, el ubicuo personaje literario. 


          El rebelde. En este capítulo Van Delden hace una caracterización psicológica de Octavio Paz, pero, también, un relato de un periodo en el que la subversión se concibió como una virtud y una forma de vida intelectual. Van Delden recuerda lecturas fundamentales de la época, como El hombre rebelde de Camus y el Outsider de Colin Wilson  que llamaban a la disidencia razonada y prefiguraban la contracultura.  Siguiendo el clima de los tiempos y, sobre todo, su propia vocación y carácter, Paz adoptó, estudió y proyectó la figura del rebelde. En efecto, la idea de la rebelión está presente en todas las aristas de su obra y exploró, fascinado, todas las formas de disidencia, desde la política hasta la erótica.  Esta apología (no exenta de escepticismo hacia la mecanización de la protesta) de la figura del rebelde es especialmente visible en su libro Corriente alterna, acaso el volumen más eufórico y esperanzado de Paz, en donde afirma que, más que en los actores tradicionales, la rebeldía y la posibilidad de una transformación política y vital, radica en los jóvenes, las mujeres y los países del entonces llamado “Tercer Mundo.”


          La revolución. El escritor mexicano tuvo una relación cambiante y agridulce con esta noción y, si bien cercano al comunismo en su juventud, fue graduando su entusiasmo con las revoluciones realmente existentes. Poco a poco, su sentido común advierte el carácter religioso del concepto de revolución y su peligrosa invocación al despotismo. Sin embargo, nunca deja de evocar una sociedad donde, al lado de un sólido marco de garantías y libertades individuales, predominen la justicia y la fraternidad.  Por lo demás, si bien a partir de los años setenta Paz fue uno de los críticos más agudos del sistema político mexicano, también fue condescendiente con los regímenes emanados de la Revolución Mexicana y en ocasiones dispensó su autoritarismo, señalando que su flexibilidad y pragmatismo habían salvado al país de dictaduras o pensamientos totalitarios. 


          USA e India. Van Delden también analiza las comparaciones interculturales entre México, USA e India, que realiza Paz y que muestran una perspectiva, a caballo entre la geopolítica, la historia y la psicología social. En lo que atañe a la relación México-Estados Unidos, Paz creía más que en las causalidades socioeconómicas, tan a la moda entonces, en la impronta de la cultura, la historia y el “genio de los pueblos”. Por eso, al tiempo que destacaba el desarrollo económico y democrático de USA y su orientación al futuro no dudaba en calificarla como una sociedad fría y mecánica frente a la calidez y holismo de la sociedad mexicana, con grados de solidaridad y comunión impensables en otras latitudes. En lo que atañe a la India, Paz reconoce el complejo y rico patrimonio cultural y espiritual de ese país, aunque se adhiere al polémico argumento de que muchos de los avances de la India son producto de la herencia colonizadora. Para Paz, la élite anglosajona que administró el Imperio fue la artífice de la unificación de una nación heterogénea (con compleja y conflictiva convivencia de religiones y un rígido sistema de castas), del nacionalismo y de la propia independencia. Contrariamente a la India, la colonización en México no nos hizo modernos, lo cual se explica por el aislamiento de los pueblos mesoamericanos frente a la sociabilidad de la cultura india y también por el ceño contrarreformista del imperio español. 


          Psicoanálisis. El psicoanálisis fue un método crítico que Paz utilizó profusamente.  Ya en El laberinto de la soledad Paz, retomando a otros autores, hacía audaces inferencias sobre el carácter del mexicano y proyectaba este conflicto a lo colectivo al señalar que los intentos recurrentes de modernizar al país de acuerdo a modelos importados se estrellaban frecuentemente con las estructuras mentales y culturales preexistentes. Estas formas artificiales, volvían al mexicano una especie de actor, que imita doctrinas desenraizadas de su propia historia. Con todo, la interpretación psicoanalítica más controvertible fue la que expuso en Posdata, en la que sugiere que la matanza de Tlatelolco responde, entre otras razones, a un arraigada pulsión al sacrificio que se remota al imperio azteca. No obstante, para Van Delden, el componente psicoanalítico en Posdata, no tiene por qué ser una interpretación petrificante, ni agota el análisis. De acuerdo a Van Delden, como en Freud, en Paz se despliega la mezcla de ciencia y romanticismo del psicoanálisis y el escritor mexicano considera que hay hechos pasados ocultos e instintos oscuros que nos gobiernan sin saberlo, pero también de que el hecho de  hacerlos conscientes contribuye a la cura. Paz no sólo siguió a Freud sino a otros psicoanalistas contraculturales, para sustentar su propia exaltación de la liberación, el placer y el ludismo como formas de fundir vida y arte.


          Feminismo. Uno de los aspectos más novedosos del libro de Van Delden es el intento de esclarecer la relación de Paz con el feminismo. Para Van Delden el feminismo se presenta desde muy temprano en la obra de Paz (en El Laberinto de la soledad donde se cita a Simone de Beauvoir) y está lejos de ser una condescendencia. A decir de Van Delden, para Paz el feminismo era un movimiento de emancipación de largo aliento que no sólo se refería a las relaciones de género sino que transformaría las relaciones humanas. Sin negar que probablemente, Paz haya sido un adelantado en el pensamiento feminista, aunque en muchos rasgos de su vida un hombre de su tiempo, Van Delden rebate algunas de las interpretaciones más simplistas en torno a la misoginia del escritor y señala que, acaso, la filiación feminista de Paz se refleje en el hecho contundente de que dedica a una mujer, Sor Juana, su obra más vasta y ambiciosa.


          La izquierda. ¿Cómo fue la relación de Paz con la izquierda? ¿Puede situarse en el tiempo un rompimiento rotundo? ¿O bien Paz estuvo siempre en la órbita de esa orientación del pensamiento y solamente se dieron diversos matices? Van Delden se inclina por la segunda opción y analiza, con distancia crítica y equilibrio, muchas de las posturas de Paz en sus años maduros y documenta que la navegación por el espectro político que hace Paz es muy compleja y llena de matices.


          Conservador. La calificación del Paz de sus últimos años con la ambigua y peyorativa etiqueta de conservador también es incongruente, de acuerdo a Van Delden, con la realidad y la variedad de su pensamiento y sus posturas. Ciertamente, Paz incurrió en dos gestos que inercialmente se identifican con el conservadurismo: por un lado, en su libro sobre Sor Juana hizo una profunda reconstrucción histórica del periodo colonial en México, no exenta de admiración; por otro lado, reconoció el papel del PAN como oposición leal y la congruencia de muchos de sus antiguos integrantes. Sin embargo, estas posturas de elemental equilibrio analítico, no se oponen a las posiciones generales de Paz, que siempre fueron libertarias y poco asimilables al pensamiento conservador. 


          La poesía. La relación de Paz con la poesía es compleja, pues aunque él mismo practicó en su juventud la poesía comprometida, en general rechazó el mensaje o el utilitarismo y abogó por la autonomía de la literatura, sin dejar de reconocer los excesos y la crisis de este concepto. Por lo demás, no deja de ilusionarse con el poder transformador de este género y vuelve siempre sobre el empeño, que va del romanticismo al surrealismo, en cambiar y poetizar la vida. 


          Personaje. Finalmente, la importancia como intelectual público de Octavio Paz se revela en otra faceta poco estudiada: su fortuna como personaje literario (en una larga lista de narradores que van de Roberto Bolaño a Antonio Rivero Taravillo). Esta faceta,  conforme a la dinámica de la época, se centra en su papel como figura dominante en la vida cultural.


          Con abundancia de fuentes, Maarten van Delden analiza la evolución, de la concepción creativa, las consideraciones filosóficas, históricas y estéticas y las posturas políticas de Octavio Paz.  Esta lectura, con equilibrio crítico y amor a la precisión, permite fijar mejor la figura y las posiciones de Paz con sus continuidades y rupturas, con sus contradicciones y ambivalencias. Porque no se trata de una evolución lineal y de rumbo unívoco, hay desvíos y recovecos y, precisamente, este libro permite apreciar esa movilidad, esa fecunda insatisfacción y esa constante renovación tanto en la creación como en las posturas intelectuales y políticas de Octavio Paz. 


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