Conversaciones y novedades

He sets my brain on fire

Ángel Gilberto Adame

Año

1996

Lugares

Georgia

Personas

Cruz, Sor Juana Inés de la; Domínguez Michael, Christopher

Tipología

Investigación histórica

Temas

Últimos años (1991-1998)

 

Portada de Paris Match (13 de junio de 1996)

* En 1996, Octavio Paz tenía ochenta y dos años; era un escritor reconocido a nivel mundial. Sus admiradores no fueron sólo del circulo académico, también incluían estrellas internacionales de la música y del cine. Con John Cage tuvo una nutrida amistad y, gracias a él, conoció a John Lennon y a Yoko Ono. [1] Sin embargo, uno de los episodios más curiosos que vivió en la farándula derivó de unas calurosas declaraciones de la actriz Sharon Stone.

     En esa década, Stone estaba en la cima de su popularidad por la película Basic Instinct, de Paul Verhoeven, donde su personaje, Catherine Tramell, combina la seducción, la escritura y el crimen; la escena del interrogatorio es un clásico de la historia del cine.

     La actriz había realizado estudios de Artes y escritura creativa en la Universidad de Pensilvania, y se confesaba devota de la escritura de Paz. Algunos de sus libros favoritos del poeta son Árbol adentro y La llama doble, que probablemente leyó en español, ya que —se dice— que conoce el idioma.

     En la cumbre de su popularidad, el semanario francés Paris Match le dedicó su portada y le hizo una entrevista donde se le preguntó cuáles era los hombres a los que amaba. Stone respondió: Magic Johnson, el Dalái Lama, Octavio Paz, Gerard Depardieu y Jack Nicholson. Sobre el poeta mexicano, afirmó:

Me enciende el alma. Un amigo me dijo que debería dejar de hablar de él. Me veo como una estúpida estrella que quiere demostrar que ha madurado. Si lo conociera, podría enamorarme locamente. Cuando un hombre es así de excitante intelectualmente, te nutre sensualmente, independiente de su edad. [2]

Apareció también una foto del escritor con una provocativa nota de Stone: “He sets my brain on fire.” [3]


Fotografía de Paz con dedicatoria de Sharon Stone: "He sets my brain on fire", en la revista Paris Match del 13 de junio de 1996.

Un año antes, la actriz había intentado contactar a Paz para invitarlo a cenar, aprovechando que ambos estaban en el estado de Georgia: él, en Atlanta, en las Olimpiadas Culturales; ella, en Savannah, filmando la película Last Dance. “Ella le envió un fax al escritor al Carter Center para hacerle la propuesta. En él, Stone le indicaba a Paz que quería conocerlo y platicar con él, ya que era amante de su literatura”. La oferta de Stone no sólo era tentadora por lo que el encuentro significaba, sino porque ella se ofrecía a cubrir los viáticos.

     Paz declinó la invitación debido a que sus compromisos se lo impedían: luego de Atlanta tenía que ir a Harvard y, posteriormente, volar a París. De acuerdo con la prensa mexicana, en compensación, Paz le envió algunos libros autografiados. Para ello, Javier Aranda, colaborador en la Editorial Vuelta, consiguió la dirección de Stone e hizo el envío:

Como gesto de agradecimiento por la invitación a cenar que Sharon Stone le hizo hace unas semanas a Octavio Paz, el escritor le mandará varios libros autografiados por él. Javier Aranda comentó que Paz ha decidido “pagar’’ la atención que tuvo la actriz, pero que por sus compromisos no pudo cumplir.

“Hasta el momento no sabemos cuáles vayan a ser los libros que le va a mandar, por lo pronto estamos buscando la dirección correcta donde se los podemos enviar’’. [4]

Las declaraciones de Aranda alentaron el morbo en la prensa, por lo que éste tuvo que aclarar la nota:

El pasado 23 de mayo le pedí a su reportero Juan Manuel Navarro el teléfono de la oficina de la actriz Sharon Stone. Quería enviarle, a título personal, un par de libros del señor Octavio Paz. Eso bastó para que su reportero inventara —por carecer quizá de material informativo de relevancia— que el propio Octavio Paz le enviaría a la actriz algunos de sus libros autografiados. Esa información publicada antier por El Norte y Reforma es falsa. Sirvan estas líneas para aclarar lo anterior y para pedirle que, por respeto a sus lectores, las publique en el mismo espacio en que apareció la nota apócrifa. [5]

Con todo, sí se le enviaron los libros a Stone y, en agradecimiento, ella le envió a Paz un último mensaje de admiración, mismo que se encuentra en los papeles del poeta en Princeton:

Gracias por darme la oportunidad de escribirle.

Quiero que sepa cuán profundamente conmovida estoy por sus palabras, que mi alma ha sido tocada por sus pensamientos.

Mi vida como artista siempre me ha permitido viajar y frecuentemente me he sentido sola; sus palabras han sido amigas para alguien que expresa sus sentimientos con un regalo. [7]

El asunto no tuvo mayor cobertura. Según Domínguez Michael, cuando Marie José fue cuestionada sobre este episodio, respondió “que tras haber competido con Sor Juana ya nada la arredraba”. [6]




* Este artículo tiene antecedente en mi columna del 15 de agosto de 2020.

[1] Christopher Domínguez Michael, Octavio Paz en su siglo, México, Aguilar, 2015, p. 276.

[2] Sharon Stone, “Les gens de Sharon Stone” en Paris Match, 13 de junio de 1996, p. 38.

[3] Ibid, p. 42.

[4] Juan Manuel Navarro, “Manda Paz libros firmados a Stone” en El Norte Monterrey, 24 de mayo de 1995, p. 1.

[5] Javier Aranda, “Hace aclaración sobre Paz y Stone” en Reforma, 26 de mayo de 1995, p.9.

[6] Domínguez Michael, op. cit., p. 415.

[7] Sharon Stone a Octavio Paz, sin lugar, sin fecha.