Barry Domínguez: Paz en el elevador

Barry Domínguez (Ciudad de México, 1966) es el más joven de una familia de hermanos que se ha entregado con pasión y rigor al periodismo y la promoción culturales y desde esas vocaciones ha contribuido notablemente a la cultura mexicana durante más de tres décadas.

Tras una búsqueda personal por otras artes visuales, Barry descubrió el mundo de la fotografía en 1992, en el que se ha formado como autodidacta y, sobre todo, en la práctica.

Tres años después se incorporó a la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, donde hoy encabeza el área de Fotografía. Durante un cuarto de siglo ha sido el principal cronista gráfico de la intensa vida artística y cultural universitaria.

Admirador de los grandes de la tradición fotográfica mexicana, Barry se ha inscrito ya en ella por méritos propios. Como aquellas figuras, trabaja la imagen analógica con negativos y medios mecánicos, así como el blanco y negro, cultiva el retrato e incursiona con similar éxito en la foto periodística, documental y de paisaje.

Barry profesa especial aprecio por dos artistas: Lola Álvarez Bravo, su retratista predilecta, y uno de sus antecesores en la UNAM, Ricardo Salazar, cuyo fondo se halla bajo resguardo de la misma Coordinación de Difusión Cultural.

Hizo imágenes de Octavio Paz en variadas ocasiones, pero no tuvo ocasión de retratarlo en privado. Cuando estaba cerca de lograrlo sobrevino la tragedia en la vida del poeta, primero con el incendio en su casa y luego con la enfermedad fatal.

En la conversación para Zona Paz que presentamos, el fotógrafo narra las peripecias que vivió cerca del autor de Salamandra, incluyendo el momento en que casualmente, pero también gracias a la tenacidad, pudo hacerle en 1996 uno de sus mejores retratos, en un elevador.

Otra fotografía singular de Paz que tomó Barry es una en la que aparece dando un autógrafo a un joven a quien el fotógrafo no reconocía y que, más tarde lo supo, era el artista Gabriel Orozco, una de las figuras del arte contemporáneo internacional y que hoy encabeza el más ambicioso proyecto cultural del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en el Bosque de Chapultepec.

De la vasta producción de Domínguez se han hecho tres libros, en los que puede verse apenas una muy breve muestra: Miradas del arte (editado en 2015 por la Universidad Autónoma de Campeche con motivo del 50° aniversario de su autonomía), con 50 imágenes, “una selección de rostros, escenas y miradas de creadores de diferentes disciplinas en entornos públicos y privados”; Retratos y autorretratos. De Griselda Álvarez a Ángeles Mastretta (Coordinación Nacional de Literatura del INBA, 2006. Edición de Silvia Molina, con Prólogo de Rosa Beltrán), fotografías de treinta destacadas escritoras mexicanas, e Imagen del hechizo (INBA-Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, 2011), con fotografías de una exposición en torno a la mujer en su Día Internacional, con textos de sor Juana Inés de la Cruz.

Dedicatoria a Zona Paz

Ha colaborado con casas editoriales como el Fondo de Cultura Económica, Alfaguara y Planeta y ha retratado, además de Paz, a los premios Nobel Gabriel García Márquez, José Saramago, Wole Soyinka y Mario Vargas Llosa. Asimismo, a algunos de los mayores fotógrafos de nuestro tiempo: Héctor García, Julio Mayo, Enrique Bostelmann, Sebastiao Salgado, Josef Koudelka, Rene Burri y Manuel Álvarez Bravo. En su archivo, Barry cuenta con más de 500 retratos de personalidades del ámbito cultural de México y el mundo.

Para Domínguez el retrato más importante que ha logrado es precisamente el que hizo de don Manuel, a quien capturó a través de una lupa que el maestro utilizaba para mirar a detalle las fotos de su joven colega. Y algo más: Álvarez Bravo aprovechó la sesión para retratarlo, de lo cual da testimonio otra imagen ya icónica. “Fue como recibir un premio, como haber sido armado fotógrafo andante”, dice Barry.

En 2006 tuvo otra gran experiencia: la Universidad de Guadalajara y la Alianza Francesa organizaron en la capital jalisciense “Una mirada de París”, muestra con obras de él y de Robert Doisneau, el célebre artista francés autor de la célebre fotografía “El beso”.

Aparte de su trabajo en la UNAM, Domínguez dirige la agencia de medios y difusión Fotogrammas, que es también un “espacio periodístico, fotográfico y cultural” en la red (https://fotogrammas.wordpress.com/).
Aquí su testimonio de su experiencia profesional con Octavio Paz y algo sobre su trayectoria.