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Un poema inédito de Mérida: "La joven de las lilas"

Octavio Paz

Año

1937

Lugares

Mérida

Personas

Garro, Elena

Tipología

Conversación

Temas

Paz en Mérida: la primavera socialista de 1937

 

En una carta de Elena Garro, que su novio recibe en Mérida durante la primera semana de abril, ella le cuenta que se ha comprado “un vestido lila”. En su carta del 6 de abril (la número 51 de su correspondencia), Paz le responde: “Por más que hago no puedo imaginarte de vestido lila (pero creo que te sentará muy bien)” y agrega que, por lo que a él toca, anda de guayabera.


          Una semana más tarde, en carta fechada en Mérida el 15 de abril de 1937 (la carta número 55 de su correspondencia), Paz le envía a Garro este poema improvisado:

Eres la joven de las lilas,
eres la dulce joven de las lilas.
Estas en todas partes,
en el crecido espanto de la noche,
en la rueda del viento.
Eres la joven de la tarde.
No te llamas Helena;
tu nombre no se dice con palabras,
sino con lentos signos y perfumes,
sino con vaga música del corazón.
No se te llama con palabras,
sino con el callado grito de mis labios,
con la flor que me crece de los ojos.
Me crecen lilas de los ojos,
me crece una flor triste de la carne,
me creces en la piel,
eres la tibia flor, el pájaro callado
que me crece de todo lo que toco.
Eres la joven música
que sostiene la tarde con su nombre.[1]


          Y después agrega:

Lo acabo de hacer. Es una cursilería. No cambia nada. Pero lloré con esas vanas palabras. Helena, Helena, voy a decirte ahora Elena, que es un nombre muy humilde y opaco, muy para mí. Un nombre de novela cursi. Helena es lo otro. Hoy eres Elena. Remedios es algo más. [2] Pero Elena, sin h, es algo muy poco, muy pequeño, como yo ahora. Elena mía, hoy serás mi novia tonta, y lee con ojos tontos mi carta. Perdón.


          El poema y el comentario se suman a otro que también se interesa en el nombre de la mujer que ama, “Poesía tranquilizadora” que figura en la carta del 30 de julio de 1935 (la que lleva el número 12 de nuestra edición) y que, con variantes, aparece como el poema inicial de Bajo tu clara sombra (1937). En Los idilios salvajes hago un comentario sobre éste último poema y la obsesión por “nombrar” a “Helena”...




NOTAS

[1] Paz nunca recogió este curioso atisbo de poema, tan psicoanalizable…

[2] “Remedios”, es el nombre íntimo que Paz le daba a Elena, o “Helena”, o “Helen”. Raíz del hombre (1937), el poemario que había aparecido al iniciar 1937, le está dedicado a “Remedios”.


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