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Obras completas de Arturo Paz Solórzano

Ángel Gilberto Adame

Personas

Paz, Ireneo; Paz Solórzano, Octavio

Tipología

Investigación histórica

Temas

El origen y la familia

 

Arturo Ireneo Paz Solórzano, primogénito de Ireneo y tío del poeta Octavio Paz Lozano, nació el 21 de junio de 1867 en Mazatlán, Sinaloa. A los dieciséis años comenzó a trabajar en el círculo periodístico de su padre con traducciones de artículos y novelas en francés.

     Su profesión de abogado también pesó sobre su trabajo escritural, pues llegó a publicar material sobre derecho penal militar, así como a editar dos suplementos de asuntos jurídicos: Anales del Ministerio Público y La Gaceta Municipal.

     Entre 1887 y 1893, los trabajos periodísticos y literarios de Arturo Paz llamaron la atención de sus colegas y de escritores como Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano, Juan de Dios Peza, Manuel Gutiérrez Nájera, Salvador Díaz Mirón, Manuel José Othón y Federico Gamboa. También recibió críticas desfavorables, como una de José Ferrel y Félix, que culminó en un duelo con espadas. Arturo Paz murió, entre excesos y despilfarros, en 1915.

     Como narré en “Tras la genealogía de Octavio Paz: Arturo Paz Solórzano”, “Octavio Paz recordaría que en la biblioteca de su abuelo se sorprendió al encontrar un ejemplar de los Poemas Rústicos de Othón dedicados a su tío. El acervo finalmente fue dividido en dos partes, una que él conservó y otra que correspondió a la familia de su tío Arturo, con quienes ya no mantuvo cercanía”.

 

OBRA JURÍDICA 
I. Algunos puntos de casación en materia penal (1888)


El 28 de agosto de 1888, Arturo Paz aprobó por unanimidad su examen profesional con la defensa de la tesis Algunos puntos de casación en materia penal. El 25 de octubre, El Foro publicó la disertación del joven abogado, misma que su padre reproduciría en sus prensas.

     La tesis consta de trece páginas en las cuales el autor considera que hay vacíos en la legislación penal de la época. Arturo Paz sostiene que no se ofrece "ningún remedio cuando ocurran casos que den lugar a casación y el Ministerio Público o las partes se descuiden de interponerla”. [1] El trabajo, más que aportar una solución a los vacíos encontrados en la ley, pretendió anticipar algunos de sus problemas y motivar un estudio más profundo en la materia.

II. Breves apuntes sobre derecho penal militar y manual de administración de justicia militar (1894)


Dedicada a Bernardo Reyes, gobernador de Nuevo León, esta obra hace una descripción del derecho punitivo castrense. El texto, divido en dos libros, describe los delitos militares, las penas y los procedimientos.         

OBRA LITERARIA 


I. Sofía (1889)


Se trata de la primera novela corta de Arturo Paz, publicada en la Revista de México en 1889. La edición fue ilustrada por José Guadalupe Posada con imágenes de algunas escenas del libro y de los personajes principales. El periódico El Combate elogió la obra, ensalzando principalmente el precoz talento de Arturo, de quien se dijo:

Arturo Paz, demasiado joven aún, ha comprendido la vida real, con verdadera anticipación.

Su genio fecundo y su ilustración, le hacen comprender el más allá de lo que todavía no alcanza, pero que lo presiente.

Cuanto más viva el hoy joven escritor, tanto más sabrá comprender las dificultades de la vida social y la inmensa diversidad de tipos que nos promete el porvenir.

Sofía es un estudio, un bosquejo perfectamente delineado, que nos anuncia lo que más tarde podrá emprender el joven Arturo Paz. En un estilo elegante y fluido, conduce al lector al escenario de un teatro, y lo presenta con una de las tantas artistas a quienes la casualidad levanta.

Ojalá que el estudioso y dedicado Arturo Paz, emprendiendo un trabajo de mayor importancia, prosiga en la tarea que ha comenzado, que por cierto es bien difícil y mal recompensada entre nosotros, y es de esperar que sus nuevas obras tendrán el éxito completo que ha tenido Sofía[2]

La novela relata el derrumbe moral de Enrique, un joven periodista de buenas costumbres que sucumbe enamorado ante Sofía, una actriz francesa de poca monta pero de conducta interesada.

    

II. Cuentos sociales (1890)

  

Cuentos sociales es un compendio de escritos publicados de 1888 a 1889 en La Juventud Literaria. Dedicado al general Ignacio M. Escudero, se publicó en 1890. En general, se trataba de narraciones de corte positivista en donde se criticaban actitudes inapropiadas, se daban lecciones de gramática disfrazadas de anécdota o se evidenciaba la ignorancia de la juventud en cuestiones filosóficas y amorosas. El prólogo de la compilación fue escrito por José M. Bustillos, quien, lejos de adular al autor, recomendaba su lectura debido a lo siguiente:

El principal carácter de todos [sus] artículos es dar una enseñanza adornada con el colorido de la descripción o idealizado en la corriente del diálogo. El señor Paz procura siempre enseñar algo […] Lo repito, en la mayor parte de los artículos hay algo que aprender, y en esto consiste su mérito; pero el libro en conjunto, como producción literaria, como material de construcción de las letras nacionales, es únicamente lo que apunté al principio: una prueba más del entusiasmo con que la juventud mexicana estudia, escribe y publica. [3]

Los cuentos contenidos en esta obra son los siguientes:

  • “La Novela”, 20 de marzo de 1887
  • “Un baile en casa de la Marquesa de P...”, 10 de abril de 1887
  • “Una buena lección”, 15 de mayo de 1887
  • “Un duelo a primera sangre”, 12 de junio de 1887
  •  “El tío de Clotilde”, 21 de agosto de 1887
  •  “Errores y caracteres”, 11 de septiembre de 1887
  • “Mis impresiones”, 25 de septiembre de 1887
  • “El lago de Pátzcuaro”, 23 de octubre de 1887
  •  “Mi primo Javier”, 30 de octubre de 1887
  • “Mi primer amor”, 20 de noviembre de 1887
  • “Mi segundo amor”, 27 de noviembre de 1887
  •  “Las tertulias de mi tía”, 4 de diciembre de 1887
  • “Una visita de cumplimiento”, 18 de diciembre de 1887
  • “Mi primer brindis”, 1 de enero de 1888
  • “Una pantomima en la casa de mi padrino”, 5 de febrero de 1888
  • “El pelo de Sofía”, 25 de marzo de 1888
  • “Antes y después del viaje”, 6 de mayo de 1888
  • “Un banquete al Sr. Ministro”, 14 de octubre de 1888
  • “En acuerdo”, 28 de octubre de 1888
  • “Una conquista”, 25 de noviembre de 1888


III. Consecuencias (1891)


Novela corta que trata de un triángulo amoroso entre Julio, un ingeniero sin dinero ni bienes, pero bien parecido; Sara, una joven casada por interés con un hombre de buena posición, descrita como “bastante hermosa, rubia y de ojos muy vivos”; y Elvira, amiga de Sara y confidente de la pareja. La historia culmina con una lección moralizante sobre las acciones de los personajes.

     El texto apareció en La Revista de México precedido de una dedicatoria adicional del autor al presidente de la República. En las reacciones que tuvo la prensa frente a esta publicación se puede rastrear otro indicio de la enemistad entre los editores de La Patria La Revista de México contra José Ferrel, quien criticó la obra de Arturo Paz en su libro Los de la mutua de elogios.


IV. Leyendas históricas romanas (1892-1895)


Quizá siguiendo el ejemplo de su padre, Arturo Paz escribió cuatro leyendas históricas que, a diferencia de las de Ireneo, versaban sobre temas mitológicos. La primera de ellas fue "El rapto de las sabinas", que se publicó en La Revista de México en diciembre de 1892. Luego se publicó en la misma revista "La ninfa Egeria" hacia finales 1893. Las últimas dos leyendas, "La destrucción de Alba" y "Tanaquil", se publicaron los dos años siguientes, pero su existencia hasta ahora sólo se conoce por algunas referencias publicadas en La Patria entre 1895 y 1911. Estas cuatro leyendas conformaron la primera serie, lo cual deja entrever que la intención de Arturo Paz era publicar más:

El Sr. Lic. D. Arturo Paz ha tenido la bondad de enviarnos la cuarta leyenda de las que, con el título que encabeza estás líneas, viene publicando. La leyenda última se refiere a la Reina Tanaquil, y como las anteriores, contiene interesantes notas y está ilustrada con grabados, fotograbados y litografías. [4]

Hacia 1911, La Patria enlistó las cuatro leyendas y las vendió a cincuenta centavos cada una o a un peso las cuatro.


IV.I. Leyenda primera: el rapto de las sabinas (1892)

En esta leyenda, dedicada al presidente Díaz y abundante en litografías, Arturo Paz narra el mito de la fundación de Roma, desde la génesis de Rómulo y Remo hasta el conocido episodio de las sabinas, cuya consecuencia es la unificación de los pueblos y el surgimiento de la primera nación del mundo.

     El autor plasmó sus motivos:

He escogido este título para la leyenda, porque el rapto de las Sabinas según la fábula, dio por resultado la fusión de los pueblos romano y sabino que constituyeron después la primera nación del mundo. Mme. Victorine de Chastenay en un libro intitulado Du génie des Peuples Anciens dice: “el rapto de las Sabinas es un acontecimiento que caracteriza el siglo”, Pierre Larousse en su Grand Dictionnaire Universel du XIX siècle [palabra “Sabin-ine”] dice: Alus hist, Rapto de las Sabinas, acontecimiento célebre del reinado de Rómulo.


IV.II. Leyenda segunda: la ninfa Egeria (1893)

Apareció en el número de la Revista de México del 31 de diciembre de 1893. Ocupó sesenta hojas. Se refiere a una de las ninfas del séquito de Venus que fungía como guardiana de las madres que estaban por parir. Aleccionó a su esposo, el rey Numa Pompilio, en la justicia y la sabiduría, y le inspiró legislaciones. A la muerte del monarca, lo transformó en un pozo y, para estar cerca suyo, decidió convertirse en una fuente.

 

V. Perjura (1896)


Con veintinueve años, Arturo Paz publicó su última novela: Perjura. Aunque de mayor extensión, sigue la misma trama de sus predecesoras: conflictos amorosos que culminan en una lección moralizante.

    

VI. Libro Primero (1900) 

Arturo Paz publicó un libro especial para los alumnos de primero de primaria, cuyas lecciones fueron acompañadas de veinte ilustraciones realizadas por José Guadalupe Posada. [5] En su Tratado Elemental de Pedagogía, Luis E. Ruiz apunta la motivación de este libro:

Entre las atribuciones del Director General de Instrucción Primaria está la de proponer los textos, conforme a la fracción 3ª del art. 67 de la ley obligatoria, que a la letra dice: “Proponer al Ministerio del ramo, cuatro meses antes de la terminación del año escolar, las obras que han de servir de texto el año siguiente en las escuelas oficiales de instrucción primaria del Distrito y Territorios Federales; a cuyo efecto examinará y estudiará las que deben proponerle, con un mes de anticipación, las dos escuelas normales establecidas en el Distrito Federal, y las que le sean consultadas por los Directores de las escuelas primarias y por los particulares”.

Según estos expresos mandatos, año por año se elevan al Ministerio las propuestas respectivas, y el Sr. Ministro, después de oír además el parecer de una comisión que él mismo nombra, decide y señala los textos que se han de adoptar.

En la actualidad se tienen los siguientes: En la escuela elemental para lectura en el primer año, el Libro Primero de Arturo Paz y el Libro Primero por Andrés Oscoy Rodríguez [6] (para los niños)… [7]

 

OBRA PERIODÍSTICA 


I. El Colegial (1882) 

A los quince años, Arturo Paz realizó su primera publicación periodística, El Colegial, junto a otros compañeros de escuela. En una publicación de La Voz de México, se lee: “con este título ha comenzado a publicarse en esta capital un nuevo periódico redactado por varios jóvenes estudiantes, y que contiene cuanto interés puede darse en su género. Es director de este periódico el joven A. Paz. Deseamos al colega larga vida”. [8]

     Posteriormente, el mismo periódico publicó otra nota al respecto: “El Colegial se llama un diminuto periódico que hemos recibido, dirigido por el jovencito Arturo Paz, hijo del director de la Patria D. Ireneo Paz. Muchas felicidades, coleguita”. [9]

    

II. La Juventud Literaria (1887-1888) Semanario de Letras, Ciencias y Variedades


Fecha de publicación: del 13 de marzo de 1887 al 30 de diciembre de 1888

Periodicidad: semanal

Lugar: Ciudad de México

Número de páginas: ocho

Responsables: Enrique Sort de Sanz, José Peón del Valle y Arturo Paz

Impresión: Imprenta, Litografía y Encuadernación de Ireneo Paz

Revista dominical de corte literario, aparecida el 13 de marzo de 1887, en la que colaboraron importantes personalidades como Ignacio Manuel Altamirano, Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera, Manuel M. Mercado, Ireneo Paz, José Peón Contreras, Juan de Dios Peza, Guillermo Prieto, Antonio Ramos Pedrueza, Vicente Riva Palacio, Agapito Silva, entre otros.

     La motivación de realizar una publicación de este tipo fue, según los editores, que las letras y las artes mexicanas tuvieran un órgano propio. Asimismo, se quería que tuviera una periodicidad diaria para nutrir a la prensa. [10] Sin embargo, “no era una revista de vanguardia; los consagrados se contentaban a menudo con reproducir en la revista un trozo poético ya conocido”. [11] En el primer número, la redacción decidió publicar, a modo de testimonio de la imparcialidad de sus responsables, una carta en la que el remitente, bajo el seudónimo de Asmodeo, expresaba su reticencia ante la revista, aduciendo que ésta sólo vendría a “aumentar el número de los miembros de la Sociedad de Elogios Mutuos”. Dicho esto, exhortó a los redactores a que en la publicación dieran lugar no sólo a autores de renombre, sino que abrieran las puertas al talento literario en general.

     Las portadas de la revista estaban dedicadas a las personalidades más eminentes de la literatura mexicana, especialmente, a sus colaboradores: se plasmaba un grabado y un poema de ellos. En los interiores, se publicaban poemas, así como novelas cortas por entregas, cartas de los lectores, notas teatrales, apuntes científicos y avisos de ocasión. También se añadía una gacetilla sobre el número de la revista en cuestión, la cual incluía un agradecimiento y una semblanza del personaje al que iba dedicado, una descripción de los grabados y acotaciones diversas. En la contraportada, figuraban uno o varios grabados que ocupaban la totalidad de la planilla.

     Fue La Juventud Literaria una de las primeras publicaciones que dieron noticia del emergente talento de José Guadalupe Posada. En la publicación del 28 de octubre de 1888, Arturo escribió:

Los dibujos que publicamos hoy en la 2da parte de la última plana de nuestro semanario, es debido al magnífico lápiz del joven cuyo nombre encabeza estas líneas.

Nuestros lectores pueden admirar cuánta idea, cuánta imaginación tiene el apreciable joven Posada quien en sus ratos de ocio ha dibujado cosas pequeñas que no son ciertamente lo mejor que él hace.

Mucho nos complace dirigir elogios a quien lo merece, adivinamos en Posada al primer caricaturista, al primer dibujante que tendrá México.

Próximamente esperamos dar una obra maestra de él, la que esperamos merezca los elogios de la prensa y de los inteligentes.

Por ahora felicitamos cordialmente al Sr. Posada, deseando siga adelantando en el divino arte a que se ha dedicado. 

La Juventud Literaria se interrumpió el 30 de diciembre de 1888, en el número 53.


III. La Revista de México (1889-1893)

Fecha de publicación: de 1889 a 1893

Periodicidad: quincenal

Lugar: Ciudad de México

Número de páginas: entre catorce y veinte

Responsables: Ignacio Manuel Altamirano, Arturo Paz, José Peón del Valle y Luis G. Urbina

Impresión: Imprenta, Litografía y Encuadernación de Ireneo Paz

La Revista de México vio la luz por primera vez en 1887. Pero no fue sino hasta 1889 cuando Arturo Paz se convirtió en su propietario. A diferencia de La Juventud Literaria, la revista constaba de más páginas, entre catorce y veinte por número. El formato también fue distinto, pues presentaba los textos a una sola columna. En sus páginas se publicaron poemas de insignes autores, historias y novelas por entregas, así como grabados que ilustraban los textos. Arturo Paz reprodujo los cuentos que había publicado años antes en La Juventud Literaria

     La revista tuvo detractores en diversos medios como en El Diario del Hogar. José Ferrel fue su principal adversario, quien en La mutua de elogios criticó el excesivo número de colaboradores (que, según sus cifras, ascendía a ciento quince). [12]

     A pesar de los denuestos, La Revista de México tuvo relevancia en el medio literario, a tal grado que, en 1893, Ángel del Campo, Enrique Santibáñez y Antonio de la Peña, directores de la publicación México, anunciaron:

Después de cuatro meses de constante lucha y procurando por cuantos esfuerzos eran posibles, una sólida existencia para nuestra revista nos vemos precisados para servir mejor al público, refundirla en otra publicación que en esta capital edita nuestro apreciable amigo el Sr. Don Arturo Paz y que lleva el nombre de Revista de México[13]    


IV. Anales del Ministerio Público (1892)

Fecha de publicación: enero 1892 – ¿?

Periodicidad: mensual

Lugar: Ciudad de México

Número de páginas: 371

Responsables: Agustín Silva y Valencia y Arturo Paz   

Apareció por primera vez en enero de 1892, auspiciada por el Gobierno Federal, según lo establecido en el artículo 38, de fecha del 30 de junio de 1891, que “ordenó que las disposiciones legales orgánicas y reglamentarias del Ministerio Público, los estudios y pedimentos de éste, serían publicados por cuenta del Gobierno, en cuadernos mensuales, con el título común de "Anales del Ministerio Público”. [14]

     El precio de la suscripción por cada entrega en la capital era de veinticinco centavos y, fuera de ella, de treinta y siete.

 

V. Memoria de la Prensa Asociada de México (1894)


Se trata del informe sobre las actividades de la Prensa Asociada de México que rindió Arturo Paz como primer secretario de la Asociación, cargo que había adquirido un año antes como resultado de sus empeñosas publicaciones. En el informe, se lee:

Se ha querido hacer creer que esta H. Corporación languidecía; pero afortunadamente los datos oficiales que tendremos el gusto de presentaros, demuestran que aun cuando no se han realizado todos los ideales perseguidos por los socios, sí algún número de ellos, con trabajo asiduo y constante, ha logrado hacerlos prosperar y extender sus horizontes allende los mares, en donde cuenta con honorabilísimos socios honorarios y correspondientes.  


VI. La Gaceta Municipal (1896-1912)

Fecha de publicación: de 1896 a 1912

Periodicidad: mensual ( se publicaba el último día del mes)

Costo: veinticinco centavos en la capital

Responsables: Arturo Paz, Gil Torres, Agustín Silva y Valencia y José R. del Castillo   

Arturo fundó en 1896, junto con el licenciado Gil Torres, La Gaceta Municipal, que trataba asuntos jurídicos nacionales. Después, fueron sumándose nuevos responsables, aunque Arturo terminó como el único propietario. La publicación tuvo un éxito considerable en el mercado, por lo que continuó editándose hasta 1912.

     Antonio Díaz Soto y Gama estableció en su Historia del agrarismo en México que la Gaceta “fue durante dieciséis años el órgano periodístico de un bufete al que diariamente acudían indígenas de los más diversos lugares de la República, para hacer sus reclamaciones sobre tierras”. [15] Esto contribuye a explicar la importancia y duración del proyecto.

     El periódico contenía artículos jurídico-históricos y notas editoriales en los que usualmente se desarrollaban temas de interés general. Se explicaba en qué consistían diversas figuras jurídicas y su desarrollo histórico, entre ellas, el juicio de amparo, la tutela y muchas más. Asimismo, con el título de «Formularios», se presentaban machotes y modelos de diversos documentos jurídicos, ya fueran testamentos, actas de defunción o poderes. También se publicaban reglamentos de actualidad para la Ciudad de México y la provincia. Finalmente, la sección más importante y popular de la revista era una suerte de consultorio legal donde se reproducían cuestionamientos del público respecto a casos especiales que se les presentaban; las preguntas se respondían sin ningún costo, salvo aquellas que el solicitante señalaba como particulares, las cuales eran contestadas por carta privada.


       

TRADUCCIONES 


I. A propósito de botas, de Arthur de Gravillon (1883)


Arturo Paz tradujo A propósito de botas, de Arthur de Gravillon.

Se publicó el 21 de enero de 1883. Según mi investigación, es la primera traducción de Arturo Paz. Fue publicada en el periódico de su padre. Se trata de la obra del magistrado, poeta, pintor y escultor francés Arthur Péricaud, mejor conocido como Arthur de Gravillon, publicada en 1865.

 

II. Las confesiones de Tullia, de Xavier de Montépin (1883)


Fue publicada por entregas en La Patria. Su circulación inició el 16 de febrero de 1883 y finalizó el 13 de junio de ese año. Arturo Paz dedicó uno de los ejemplares de su traducción a Luis G. Urbina.


Esta fue la dedicatoria de Arturo Paz: A mi querido amigo Luis G. Urbina. Uno de los admiradores de su "Último frente".


III. Las tres mujeres de Enrique Smirt, de Anaïs Ségalas (1883)


La traducción fue publicada por primera vez el 13 de junio de 1883, cuando Arturo terminó de trabajar en Las confesiones de Tullia.

    

IV. Monsieur Lecoq, de Émile Gaboriau (1883)



Fue la traducción más larga que emprendió Arturo Paz. El escritor francés Gaboriau es considerado uno de los padres de la novela policiaca y el investigador Lecoq, protagonista de sus libros, sirvió como fuente de inspiración para el célebre Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle. Las publicaciones de la traducción comenzaron el 27 de julio de 1883 y concluyeron el 19 de agosto del siguiente año.

    

V. Arte de conservar el fruto de la lectura y manera de organizar el bufete según el sistema, de Guyot-Daubès (1895)


La Patria reprodujo una nota de El Distrito Federal

Lo acusamos del cuaderno que con el título de “Arte de conservar el fruto de la lectura y manera de organizar el Bufete”, ha publicado el Sr. Lic. D. Arturo Paz. Este trabajo es en parte traducido del libro escrito por Guyot Daubés, referente al mismo asunto, agregando algunas observaciones; el resultado es de utilidad para los hombres estudiosos y metódicos, pues encontrarán la manera fácil de llevar sus notas con régimen perfecto, así como de clasificar bien y por grupos las obras de la biblioteca. [16]


VI. Los criminales en el arte y la literatura, de Enrico Ferri (1897)


Se publicó el 3 de diciembre de 1897.

    VII. La psicología de las sectas, de Scipio Sighele (1898)


Se publicaron fragmentos de la obra en 1898.


VIII. Psicofisiología del genio y del talento, de Max Nordau (1899)


El 24 y el 25 de mayo de 1899, Arturo Paz publicó una traducción de "La Mujer", fragmento de Psicofisiología del genio y del talento. Se anunció que la obra completa aparecería en los meses siguientes. El libro trata de "la estructura y funciones del cerebro y, entrando en el terreno de las hipótesis, supone la existencia de 'centros' cerebrales supremos, a los que corresponden la voluntad y el discernimiento. El genio estriba, según él, en un gran desarrollo orgánico primitivamente superior de uno de dichos centros o de ambos o de todos". [17]


IX. La individualización de la pena, de Raymond Saleilles (1899)

Sobre dicha traducción, se publicó la nota en La Patria: “Ya está traducida y saldrá en enero próximo una importante obra jurídica de R. Saleilles, que se llama Individualización de la Pena. Para que se vea el interés de ella, publicamos el índice: Exposición del Traductor. – Planteamiento del problema. – Historia e individualización de la pena...”. [18]

    

X. Primeros elementos de las ciencias de las finanzas, de Luigi Cossa (1899)


La traducción se publicó en forma de folletín del 20 de julio de 1899 al 2 de junio del año siguiente.

     Según el Catálogo de seudónimos de María del Carmen Ruiz Castañeda, un posible seudónimo de Arturo Paz es el de Enrique. [19]



[1] Arturo Paz, Algunos puntos de casación en materia penal, México, Imprenta de Ireneo Paz, 1888, p. 7.

[2] "Sofía" en La Patria, 26 de noviembre de 1889, p. 2.

[3] Arturo Paz, Cuentos sociales, México, Imprenta de Ireneo Paz, 1890, p. 2.

[4] “Leyendas históricas” en La Patria, 27 de febrero de 1895, p. 3.

[5] Mercurio López Casillas, Posada: el grabador mexicano, México, Editorial RM, 2005, p. 95. Véase también: José Guadalupe Posada: Transmisor, México, Museo Nacional de Arte, 2013, p. 53.

[6] Andrés Oscoy (1858-1920) reeditó el libro hacia 1913, con el título El lector mexicano. Primer libro de lectura, con la Librería de la Vda de Ch. Bouret.

[7] Luis E. Ruiz, Tratado elemental de pedagogía, México, Secretaría de Fomento, Oficina Tipográfica, 1900, p. 191.

[8] “El Colegial” en La Voz de México, 27 de febrero de 1882, p. 2.

[9] Ibid, p. 3.

[10] Véase “Antes de comenzar” en La Juventud Literaria, 13 de marzo de 1887, p. 2.

[11] Claude Dumas, Justo Sierra y el México de su tiempo. 1848-1912, México, UNAM, 1992, p. 260.

[12] José Ferrel, Los de la mutua de elogios, Mazatlán, Imprenta de Retes, 1892, p. 58.

[13] Enrique Santibáñez, México. Revista de sociedad, arte y letras, volumen 1, México, Imprenta de El Nacional, 1893, p. 247.

[14] Manuel Cruzado, Memoria. Bibliografía jurídica, México, Antigua Imprenta de E. Murguía, 1923, p. 102.

[15] Antonio Díaz Soto y Gama, Historia del agrarismo en México, México, ERA-UAM-Conaculta, 2012, p. 523.

[16] “Recibo” en La Patria, 3 de febrero de 1895.

[17] Luis Nueda, Mil libros, tomo 2 M-Z, Madrid, Aguilar, 1982, p. 1248.

[18] “Biblioteca de filosofía contemporánea” en La Patria, 22 de noviembre de 1898, p. 3.

[19] María del Carmen Ruiz Castañeda, Catálogo de seudónimos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1985, p. 193.


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